San Ambrosio de Milán (340-397) dedicó una gran solicitud pastoral a las vírgenes cristianas. Fruto de sus desvelos pastorales son los tres tratados que publicamos en este volumen: De uirginitate, De institutione uirginis y la Exhortatio uirginitatis. Con anterioridad, en esta misma colección publicamos los escritos De uirginibus y De uiduis. De esta manera cumplimos el propósito de sacar a la luz pública todo el corpus ambrosiano sobre la virginidad en lengua castellana.
El primer tratado sobre la Virginidad que presentamos comienza con unos exempla sobre la sabiduría del rey Salomón y sobre Jefté. La actuación de este último le da pie para desarrollar una homilía en defensa de la virginidad. Finaliza la obra con otra homilía dedicada a la fiesta de S. Pedro y S. Pablo.
El escrito consagrado a la Instrucción de la virgen tiene una particular significación, pues en él se destaca el papel de la Virgen María como modelo a imitar por las vírgenes cristianas. Se puede decir que estamos ante una obra eminentemente mariológica que va a tener un gran influjo en siglos posteriores. Aquí se nos muestra Ambrosio como un valedor a ultranza de la virginidad de Santa María, frente a detractores como Bonoso.
La Exhortación a la virginidad reproduce una homilía de Ambrosio predicada en Florencia con motivo de la traslación de las reliquias de S. Agrícola. El obispo de Milán utiliza un recurso literario que consiste en poner en boca de Juliana, viuda de uno de los mártires cuyas reliquias se habían trasladado, un discurso animando a sus hijas a vivir la virginidad. Después, Ambrosio retoma la palabra para aplicar a las vírgenes unas enseñanzas del Cantar de los Cantares.
En todo el volumen se puede apreciar el dominio de Ambrosio sobre los textos bíblicos, así como la exégesis que hace de los mismos, siguiendo en este punto las líneas generales de la hermenéutica alejandrina de tipo origeniano, aunque tampoco falten aplicaciones muy concretas de carácter parenético.
San Ambrosio es uno de los grandes Padres de la Iglesia de Occidente, junto a San Agust�n -en cuya conversi�n tuvo tanto influencia- y San Jer�nimo. Naci� hacia el a�o 339 en Tr�veris, donde su padre era prefecto de las Galias. Tras la muerte prematura del padre su familia se traslad� a Roma, donde el joven Ambrosio recibi� una educaci�n esmerada llegando a ser jurista y ejerciendo la abogac�a. Hacia el 370 fue nombrado gobernador de las provincias de Liguria y Emilia, con residencia en Mil�n. Pocos d�as despu�s de su bautismo en diciembre del 374 -a la muerte de Auxencio, obispo arriano de Mil�n-, Ambrosio fue elegido por el pueblo para ocupar la sede episcopal milanesa, en la que permanecer�a hasta su muerte ocurrida en diciembre del 397. Al frente de la Iglesia de Mil�n, Ambrosio se manifest� enseguida niceno, como lo era su propia familia, y se opuso fuertemente al arrianismo. Ten�a el genio latino del derecho y del gobierno, junto a la sabidur�a pr�ctica del pastor y la espiritualidad del m�stico. Tuvo gran influencia en los asuntos pol�ticos del Imperio. Sus obras son numerosas: exeg�ticas, morales, asc�ticas, dogm�ticas y varias. Fue el gran doctor de la virginidad, verdadero Padre de los pobres y de los perseguidos, con desprendimiento generoso no s�lo de sus propios bienes, sino, tambi�n, cuando lo consider� necesario, de los tesoros de la Iglesia. En suma, fue un obispo de cuerpo entero, un "hombre de Iglesia".
Publicado por: Editorial Ciudad Nueva
Primera edición: 01 de junio de 2007
ISBN: 978-84-9715-116-0
Páginas: 384
Formato: 15x23,5. Edic. bilingüe
Peso: 630