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Entrevista a Valeria Gatti
PUBLICADO

20 de diciembre de 2024

En Gatti el arte es vía de encuentro de vida y sentimiento, creando espacios en los que lo diferente, la diversidad, se manifiesta como fuente de armonía y belleza

J. C. D. Durante la pandemia de covid-19, emerges como artista plástica en medio del contexto de la pandemia. ¿Qué desafíos y oportunidades encontraste y cómo influyeron en tu obra?

V.G. La pandemia fue para mí un alto necesario para abrazar por completo la labor artística. Siempre estuve vinculada al arte: estudiante de talleres de artistas, trabajando en comisariado de arte contemporáneo, asesorando a artistas, desarrollando proyectos culturales y enseñando historia del arte. Sin embargo, gracias a la pandemia se me abre la posibilidad de dedicarme casi en exclusivo a la creación artística y paradójicamente, en medio de un tiempo de incertidumbre, miedo, pérdida y dolor. Fue un periodo de introspección, donde muchos, yo incluida, pudimos reconectar con lo esencial. A través de mi obra, pude explorar temas profundos que resonaban tanto en mí como en el mundo: identidad, memoria, la búsqueda de armonía, incluso en medio de lo adverso. Como dijo Vincent van Gogh, "El arte es para consolar a aquellos que están quebrantados por la vida". En ese tiempo, el arte no solo fue consuelo, sino también un acto de resistencia y búsqueda de significado en medio de un mundo que se debatía en la incertidumbre. El arte se convirtió en una forma de encontrar luz en la oscuridad, de descubrir un medio que me permitía a mí y a las personas que me rodeaban conectar con lo más profundo de sí mismas. 

J. C. D. Participaste en la feria Art Motiv en Lima antes de establecerte en Europa. Una vez aquí, expones en Berlín, Valencia y Bilbao. ¿Cómo vives estas experiencias y qué impacto tienen en tu carrera artística?

V.G. La feria Art Motiv en Lima fue un punto clave, ya que me permitió que mi obra dialogara con la de otros artistas y se expusiera ante nuevos públicos. Hasta ese momento, las redes sociales habían sido la principal herramienta para difundir mi trabajo, pero el encuentro cara a cara con el espectador y la interacción directa son experiencias irremplazables. Aunque las redes son valiosas y nos permiten trascender fronteras, sigo convencida de que ver la obra en directo y conversar personalmente ofrecen una profundidad y una conexión que ninguna plataforma virtual puede igualar.

Tras emigrar, exponer en ciudades como Berlín, Valencia y Bilbao ha sido una experiencia valiosa. Cada ciudad posee su propia energía cultural y artística, lo que me ha llevado a repensar cómo se comunica mi obra en distintos entornos. Esta variedad de enfoques ha enriquecido mi perspectiva y ha abierto nuevas vías de experimentación, permitiéndome explorar diferentes lenguajes visuales y simbólicos que conecten con distintos públicos mientras mantengo la fidelidad a mi propio lenguaje artístico. 

Quiero dejar en mis alumnos la semilla del “aprender a ver”.
A
través de mi obra, busco transmitir un mensaje de equilibrio y diálogo.
Quiero
que mi obra sea un reflejo de mis raíces y, a la vez, un diálogo con el entorno artístico europeo.

J. C. D. Tu obra reciente parece reflejar tu adaptación a una nueva vida en Europa y tu conexión con el pasado familiar y de América Latina. ¿Qué temas y emociones exploras en estas series? ¿Destacarías alguno?

V.G. En mi obra reciente, exploro la adaptación a mi nueva vida en Europa mientras mantengo un fuerte vínculo con mis raíces latinoamericanas y familiares. Este cruce de experiencias culturales se convierte en el eje central de mi trabajo. El cambio de continente y de vida fue un corte abrupto, pero también me brindó la oportunidad de profundizar en la reflexión sobre la identidad, tanto propia como colectiva.

Uno de los temas más recurrentes es la dualidad de la nostalgia y el descubrimiento. Por un lado, el sentimiento de añoranza por lo que he dejado atrás —mi familia, mi cultura, mi tierra— y, por otro, la emoción de descubrir nuevos espacios, lenguajes y formas de expresión en Europa. Esta dualidad genera una tensión creativa que me impulsa a buscar un equilibrio entre dos mundos. En términos emocionales, el anhelo por la conexión con mis raíces y el deseo de integración en mi nueva realidad se reflejan en mis obras, donde intento encontrar belleza en esa intersección entre lo que fue y lo que es. Es una búsqueda de armonía entre la memoria y el presente, y un diálogo entre la pérdida y la renovación.

J. C. D. ¿Cómo aporta tu labor como profesora de arte a niños y jóvenes tu quehacer artístico? 

V.G. Puedo compartir mi pasión y conocimiento con las nuevas generaciones. A través de la enseñanza, no solo transmito técnicas artísticas, sino que también fomento la creatividad, la expresión personal y la reflexión crítica. Quiero dejar en mis alumnos la semilla del “aprender a ver”. Vivimos inmersos en un mundo que va muy rápido, donde si no nos gusta lo que vemos con un movimiento de manos conectamos con otra cosa, las redes sociales son rápidas, todo es efímero. Reducir la experiencia vital a ello nos deshumaniza y hace que perdamos de vista mucho de lo que ocurre a nuestro alrededor. Es imperativo trabajar en las nuevas generaciones la sensibilidad hacia la belleza que les rodea, y a entender que su búsqueda es una parte integral de la vida.

Por otro lado, trabajar con niños y jóvenes me brinda la oportunidad de observar sus perspectivas únicas y frescas sobre el arte y el mundo que les rodea. Sus preguntas y curiosidades me inspiran y, a su vez, alimentan mi propio proceso creativo.

J. C. D. ¿Cuáles son tus aspiraciones y proyectos próximos tanto en el ámbito artístico como en el académico?

V.G. Quiero consolidarme como artista plástica en el medio artístico europeo, buscando afianzar un lenguaje propio que me identifique. Quiero que mi obra no solo sea un reflejo de mis raíces, sino también una forma de diálogo con el entorno artístico europeo, creando conexiones.

En el ámbito académico, deseo realizar aportes en la enseñanza del arte en las escuelas. Considero esencial la formación del estudiantado en este campo, ya que les permite ampliar la visión de su propio entorno y aprender a ver de manera más profunda. Creo que el arte no solo debe ser una práctica creativa, sino también una herramienta de transformación personal y social.  

J. C. D. ¿Hay algún mensaje particular que desees transmitir a través de tu obra en este momento?

V.G. A través de mi obra, busco transmitir un mensaje de equilibrio y diálogo. En un mundo que a menudo parece fragmentado, quiero que mi trabajo invite a la reflexión sobre la identidad, la pertenencia y la belleza que emerge de la diversidad. Mi aspiración es que el arte sea un puente que conecte experiencias y visiones del mundo, creando espacios donde las diferencias enriquezcan y fortalezcan nuestra humanidad compartida. 

 

Valeria Gatti nace en Lima. Artista plástica y Gestora Cultural por Goldsmiths, University of London; historiadora por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Madre de Santiago y Valentina. Actualmente, reside en Bilbao, donde se dedica a la docencia artística y a su trabajo como pintora.

Instagram: @valeriagatti.art

 

El trabajo de Valeria Gatti se distingue por una constante exploración de la identidad, la memoria y las raíces culturales, desde una perspectiva tanto íntima como global. En su trayectoria, fusiona elementos de la historia y geografía latinoamericanas con su experiencia en Europa, creando un corpus artístico profundo y polifacético, utilizando técnicas mixtas que integran materiales acrílicos e hilos bordados, así como vetas de madera con hilos de diversos orígenes. Este enfoque genera un diálogo enriquecedor entre los diferentes materiales, creando una obra en la que se complementan y potencian mutuamente.

  • Actualmente, trabaja en la serie Entrelazando Raíces, proyecto subvencionado por el Ayuntamiento de Getxo, Vizcaya, “a la Creación Cultural”, en la que explora las ricas tradiciones textiles del País Vasco y los Andes, creando puentes entre ambas culturas a través de sus patrones, colores y diseños. Este diálogo intercultural se basa en elementos compartidos, como el valor ancestral otorgado a los textiles. Para Gatti, en un mundo como el actual, es esencial construir conexiones entre culturas, un enfoque que refleja su identidad como peruana de raíces italianas y migrante en España.

 

  • Exposiciones: Crossed Lines, Berlín (10/23); Bienal de Valencia; FIG Bilbao (11/23); Artivistas, París (04/25) y Erredakzioa, Bilbao (25).
  • Premio: En diciembre de 2023 obtuvo el Premio Brines de la Fundación Francisco Brines, Valencia.  

 

Revista
Este artículo sale publicado en el número 4 de la revista LAR, puedes suscribirte y recibirlo en tu casa y ver el pdf
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