El 13 de marzo se cumplirá un año de la elección del papa Francisco.
El 13 de marzo se cumplirá un año de la elección del papa Francisco. En los últimos meses, para elogiar a un obispo o a un sacerdote se ha oído decir en varios medios: «¡Es como el papa Francisco!». Parece que este papa es ya la medida para evaluar cómo actúan los hombres de Iglesia. Pero no sólo ellos, como señaló Nancy Gibbs, redactora-jefe de la revista Time, al explicar por qué su publicación le otorgó el título de «Personaje del año» el pasado mes de diciembre: «Raramente un nuevo protagonista de la escena mundial ha captado tanta atención por parte de jóvenes y ancianos, seguidores y escépticos, y en tan poco tiempo como el papa Francisco. Es el papa de la gente, una nueva voz de la conciencia».
En su primer editorial del año la revista inglesa The Tablet afirmó que Francisco ya ha impartido una importante lección a la Iglesia católica, a saber, que la imitación de Cristo es el único modo seguro para conquistar almas. En este papa se ve cómo el Evangelio requiere coherencia entre mensaje y mensajero.
Hablando del impacto global de Francisco, escribe también Gibbs: «Su púlpito es visible desde los últimos confines de la tierra. Cuando besa el rostro de un hombre desfigurado o lava los pies a una mujer musulmana, esa imagen va mucho más allá de los límites de la Iglesia católica». No poca gente queda impresionada por la humildad de un papa que abraza la carne de Cristo en todas las problemáticas de hoy, situándose, por tanto, en el centro de las exigencias de nuestro tiempo: la transparencia, la paz, el papel de la mujer…
No obstante empiecen a surgir voces críticas sobre algunos aspectos del actual papado, se nota que el impacto del papa no se limita a la simple fascinación que despierta como individuo. Hay innumerables casos de personas que, alejadas desde hace años de la Iglesia, han empezado a interesarse por lo que la Iglesia católica cree y propone.
CN