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articulo

Estuve en aquella JMJ

Ana Moreno Marín y Alberto Sánchez

Impresiones de algunos participantes en las cuatro últimas ediciones de la Jornada Mundial de la Juventud.
Roma 2000 Título: «La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn 1, 14). Asistencia: 2.500.000 personas (3.000.000 según otras fuentes). Beroaldo Messias, brasileño: «Parecía que me hablaba sólo a mí, como en una conversación de tú a tú. El Papa decía que en cada uno de nosotros hay un poco de Tomás el apóstol, que necesita ver para creer. Nosotros podíamos sucumbir a la tentación de la incredulidad o recorrer un camino de maduración de la fe. El Papa dijo también que en realidad es Jesús a quien buscamos cuando queremos encontrar la felicidad. Es Él a quien buscamos cuando nada nos satisface. Es Él quien hace caer las máscaras que hacen que la vida se convierta en una farsa. Es Él quien pone en nuestro corazón el deseo de vivir por un gran Ideal. Es Él la belleza que tanto nos atrae». Toronto 2002 Título: «Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5, 13-14). Asistencia: 800.000 personas. Rainer Gude, estadounidense: «En 2002 fui a la JMJ de Toronto con Juan Pablo II. Fue emocionante poder estar con miles de personas, y al mismo tiempo sentir que formaba parte de un solo cuerpo. En el momento de la misa con el Papa, en medio de 200.000 personas, me sentí solo con Dios y a través de la voz del Papa, que nos dijo: "Jóvenes, no temáis seguir a Cristo", ¡sentí como si Dios me dijera que era sólo para mi! (con acento polaco). En ese momento de Gracia descubrí mi vocación de donarme completamente a Dios en el Movimiento de los Focolares, y en ese momento, unido con todos, encontré el coraje de responder SÍ». Colonia 2005 Título: «Hemos venido a adorarle» (Mt 2, 2). Asistencia: 2.530.000 personas. Carmen Montes, española: «Tuve la suerte de participar en la JMJ de Colonia en el 2005. Viajaba con el corazón inquieto y sediento de respuestas, y volví completamente fascinada y renovada. Viví una experiencia de Iglesia, viva y joven. Y allí me encontré con el Señor. Gracias a un Papa enamorado de la Eucaristía comprendí que debía ser NADA para poder ganarlo TODO. Desde ese verano mi vida cambió; comencé a sentirme muy cuidada por Él y a experimentar que si vivo su Voluntad, siempre recibo el céntuplo». Sidney 2008 Título: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo y seréis mis testigos» (Hch 1, 8). Asistencia: 300.000 personas Andrea Cardinale, italiano: «La Jornada Mundial de la Juventud es para mí la manifestación más importante que la Iglesia haya jamás concebido; es un don que un joven que se sumerge en ese espíritu de fiesta y respira ese aire de unidad, nunca podrá olvidar. La Jornada Mundial de la Juventud es una experiencia de Dios profunda y alegre, una unión entre el cielo y la tierra, entre el presente y el futuro. (...) Sidney 2008 supo despertar el alma de centenares de miles de jóvenes. (…) Decisiva para la vida. Así lo fue para mí como seguro lo será ésta para miles y miles de jóvenes provenientes de cada rincón de la tierra».



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