logoIntroduzca su email y recibirá un mensaje de recuperación de su contraseña






                    




articulo

ALIMENTACIÓN

Pepe Cascos

Algarrobas
El algarrobo es una planta conocida y apreciada desde tiempos antiguos. Se trata de un árbol robusto de hoja perenne color verde oscuro, copa ancha y tupida, que puede llegar hasta los doce metros de altura. Es muy longevo y pertenece a la familia de las leguminosas. En el Evangelio de Marcos podemos leer que Juan el Bautista se alimentaba en el desierto de «langostas y miel silvestre». Pues bien, según algunos autores, esas «langostas» podrían haber sido en realidad algarrobas, y ésa es la razón por la que en algunos países, como Alemania e Inglaterra, a las algarrobas las conocen como el “pan de san Juan”. El origen de esta planta es incierto. Hay quien lo sitúa en Asia Menor, pero otros la traen de Egipto e incluso de Sicilia. En tiempos pasados, fenicios, griegos y árabes se habrían encargado de difundir el algarrobo por todo el Mediterráneo. Hoy esta planta, que prefiere un clima cálido y un terreno pedregoso y resistente a la sequía, se cultiva en distintas regiones. El fruto del algarrobo es una gruesa vaina de color oscuro que gusta mucho a los niños. De hecho, es más rica y nutritiva que las pasas o los higos secos, pues tiene casi un 50% más de azúcares, un 5% más de proteínas y un 1% más de grasas, además de bastantes sales minerales (hierro, calcio, fósforo...). También es notable su contenido en fibras alimenticias, como la pectina, así como en tanino, cuyas propiedades son cada vez más valoradas. Las algarrobas hoy se aprovechan de distintas maneras, tanto como forraje para los animales, especialmente los caballos, como para preparar ciertos jarabes, salsas y condimentos. La harina de algarroba tiene un sabor agradable, parecido al del cacao endulzado, y al parecer, disuelta en agua o leche, está indicada para combatir la diarrea de los lactantes y las infecciones intestinales, debido a que posee propiedades astringentes y antimicróbicas. De hecho, la industria farmacéutica ha sabido aprovechar esas propiedades de la algarroba. Por último, una curiosidad. Las semillas de las algarrobas son muy duras, y son tan iguales en forma y peso que antiguamente los pueblos de la cuenca mediterránea oriental las usaban como unidades de peso para el oro y las piedras preciosas. Es decir, en un platillo de la balanza ponían el oro o las piedras preciosas y en el otro las semillas de kerátion, que así llamaban los griegos a las semillas de la algarroba. De ahí nos ha quedado la costumbre de indicar el peso del oro y de las piedras preciosas en “quilates”, palabra derivada de ese término griego.



  SÍGANOS EN LAS REDES SOCIALES
Política protección de datos
Aviso legal
Mapa de la Web
Política de cookies
@2016 Editorial Ciudad Nueva. Todos los derechos reservados
CONTACTO

DÓNDE ESTAMOS

facebook twitter instagram youtube
OTRAS REVISTAS
Ciutat Nuova