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ALIMENTACIÓN

Pepe Cascos

Las nueces
En Navidad, además de los habituales turrones y polvorones, en nuestra mesa suelen aparecer también los higos secos, los dátiles, las nueces y otros frutos secos. Las estadísticas también lo demuestran, pues el mayor consumo de frutos secos se produce justamente durante el último mes del año, y el setenta por ciento de las ventas de estos productos se da durante los meses de diciembre y enero. Ahora bien, ¿por qué consumir estos alimentos en unos pocos días del calendario? Por tradición, sin duda, porque no hace tanto que los frutos secos eran considerados un lujo que uno sólo se podía permitir en los días de fiesta. Pero en realidad, el hecho de que los frutos secos vayan de la mano de las fiestas navideñas probablemente es el resultado de un escaso conocimiento de las propiedades de estos alimentos. Por ejemplo, las nueces. De ellas han sido estudiadas ciertas propiedades especiales. Son tonificantes para el sistema nervioso, parece que son buenas para la memoria y que favorecen el buen humor, de modo que está especialmente indicado consumirlas por la mañana, en el desayuno. Conviene señalar que las nueces contienen abundante vitamina E (tocoferol), una vitamina que fue descubierta en 1936 al ser aislada en el germen de trigo, que la contiene en gran cantidad. Según estudios realizados en distintos laboratorios de investigación sobre el cáncer, especialmente en Estados Unidos, es muy importante incluir vitamina E en una dieta que pretenda prevenir el cáncer. Al igual que la vitamina C, también la vitamina E tiene propiedades antioxidantes que la hacen potencialmente capaz de destruir los radicales libres, impidiendo así la formación de carcinomas. Con 4 o 5 nueces es más que suficiente para cubrir nuestras necesidades diarias de esta vitamina, que se calcula en unos 10 miligramos. Por otra parte, el Journal of American Medical Association publicó un estudio realizado sobre ochenta mil mujeres según el cual el consumo habitual de nueces reduce el riesgo de diabetes. Las nueces son muy ricas en sustancias oleosas, son muy energéticas y por lo tanto especialmente beneficiosas para las personas con debilidad. De todas formas, ya que contienen muchas sustancias grasas, es aconsejable un consumo moderado.



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