Hay una estación que me gusta especialmente. Es el otoño, una nueva primavera urbana que hace brotar de nuevo la vida en la ciudad, y con ella los atascos, las prisas, los abrigos, los libros… la poesía.
Cae la noche y busco una cornisa donde resguardarme de la inesperada lluvia murciana –hacía tiempo que no se pasaba por aquí–. Encontrado el refugio, fijo mi mirada en la vieja persiana de un local ya cerrado que queda frente a mí. Es un verso que en esta improvisada escena me cautiva. La rúbrica es la esperada: Acción Poética.
Este movimiento artístico nació en México en 1996, iniciado por el poeta Armando Alanís Pulido (Monterrey, 1969). Sus hojas son las paredes de fondo blanco de su ciudad natal; la pluma, una brocha. Su obra, por original y necesaria, salpica hoy (con el permiso de sus dueños) los muros de las ciudades de otros países del continente americano y España.