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articulo

Lo positivo del dolor

Pascual Ionata

¿Cómo es posible ver algo positivo en el dolor cuando éste nos causa tanto sufrimiento? V. R.
¿Cómo es posible ver algo positivo en el dolor cuando éste nos causa tanto sufrimiento? V. R. Algunas investigaciones psicológicas han demostrado que ser siempre positivos y estar llenos de esperanza es posible gracias a un secreto: transformar creativamente el dolor que se nos presenta en la vida. Este secreto consiste en imaginárselo como un paso, aunque sea agobiante y agotador, por un pasaje muy estrecho, o como dice el Evangelio, la «puerta estrecha» en vista del Reino de los Cielos. En otras palabras, se trata de pasar por un pasaje estrecho que nos causa dolor con el fin de salir de nuestra limitada conciencia ordinaria y así llegar a una ilimitada conciencia colectiva. Ese pasaje podemos representarlo con la muerte: una semilla enterrada en la oscuridad que llegará a dar fruto; un gusano en su sofocante crisálida antes de transformarse en mariposa... Estas transformaciones son posibles gracias precisamente a ese secreto: debilitar el andamiaje psicológico que sostiene a nuestro Yo y sentirse un agente autónomo, lo cual permite ver el mundo según una perspectiva totalmente distinta, porque puede facilitar el nacimiento de una nueva identidad. Y esta creatividad transformadora del dolor la vemos muy bien descrita por un paciente: «Por el dolor empecé a analizarme. Por el dolor se realizó el análisis. Y aceptando el dolor fue como acabó el análisis». En el fondo, cuando Freud definía la depresión como una «herida en el narcisismo», no estaba muy lejos de los místicos de todo tiempo y lugar, los cuales definen básicamente el dolor como «una rendija del yo por la que entra Dios». Así pues, se presenta la posibilidad de salir de nuestro pequeño «ego personal» cargado de miedo para acceder a un «ego no personal» más vasto en el que reina el amor. Desde luego Freud lo tenía claro cuando dejó escrito en el libro Proyecto de una psicología científica, que se publicó póstumamente en 1895: «La impotencia inicial de los seres humanos es la fuente de donde manan todas sus motivaciones morales». Por ello sólo es posible salir del ego personal si uno reconoce y acepta la impotencia en su existencia mediante el secreto de que hablábamos antes. Decía el psicoanalista inglés Wilfred Bion: «Nos convertimos en lo que aceptamos padecer». Por otra parte, el poeta sufí Rumi cantaba: «Vio el sufrimiento que yo bebía una copa de dolor y le grité: “Es dulce, ¿no es cierto?”. “Me has pillado –respondió el sufrimiento– y me has arruinado el negocio. ¿Cómo voy a vender ahora dolor si se llega a saber que es una bendición?”».



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