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Energía a tu medida

Alberto Ferrucci

Con visión de futuro ¿De dónde sacar nuevas fuentes de energía? La provocadora propuesta de Jeremy Rifkin.
El planeta se está calentando de verdad. Una prueba irrefutable de ello, entre otras, es que el famoso paso que hay al noroeste de Canadá y que permite ahorrarse unas seis mil millas en el tráfico marítimo que conecta Tokio con Nueva York, hasta hace poco era practicable sólo en algunas épocas del año, y con la ayuda de rompehielos, pero ahora ya es navegable. Éste es el motivo por el que los ecologistas canadienses están empezando a preocuparse, pues piensan que si una parte considerable del tráfico mercantil, que hasta ahora venía usando el Canal de Panamá, se orienta hacia esa zona, los efectos nocivos sobre el entorno del Ártico, hasta ahora inmaculado, se empezarán a notar muy pronto. Por otra parte, los últimos congresos científicos han revelado que, mientras que hasta hace pocos años el calentamiento del planeta se debía en un sesenta por ciento a la actividad humana, actualmente su incidencia ha alcanzado el noventa por ciento; o lo que es lo mismo: sólo el diez por ciento del calentamiento parece que está causado por otros motivos no humanos, como pueden ser una mayor actividad solar u otras causas naturales. Para hacer aún más preocupante la situación, el premio Nobel Paul Crutzen, del Instituto Maz Plank de Alemania, asegura que son demasiado optimistas las previsiones sobre el aumento de las temperaturas que da el Informe 2007 del IPCC (Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático), recientemente premiado con el Nobel de la paz. Según la opinión de Crutzen, en dicho informe no se ha tenido en cuenta el hecho de que el ritmo del calentamiento puede acelerarse aún más debido a los efectos que el calentamiento mismo produce. Y es que, además de que los hielos de los polos y los glaciares se estén derritiendo, también estamos asistiendo al descongelamiento de las grandes extensiones de terreno siberiano, que hasta ahora estaban heladas (el permafrost). ¿Cuáles son las consecuencias? Una vez que se descongele el permafrost, se despertarán los microorganismos anaeróbicos que se encuentran aletargados dentro de él desde hace millones de años, reanudarán su actividad de descomposición de los vegetales y animales sepultados allí, y entonces se emitirían a la atmósfera grandes cantidades de gas metano, que se genera en el proceso de descomposición. Y desgraciadamente, en cuanto gas de efecto invernadero, el metano es veinte veces más potente que el anhídrido carbónico que se produce cuando usamos combustibles de origen mineral, y hacia los cuales hoy dirigimos principalmente nuestra atención.

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