Un grupo de músicos y educadores de Padua (Italia) han puesto en marcha un proyecto educativo musical para niños de Andhra Pradesh que está alcanzando metas inesperadas.
El proyecto G.R.A.C.E. es una verdadera bendición para más de cien niños de Andhra Pradesh, un estado extremadamente pobre del sur de la India. El acrónimo, que significa «gracia» en inglés, deriva de las iniciales de los nombres de Giulia Nequinio, Riccardo Luise, Alberto Piva, Chiara Beltrame y Elena Borroni. Estas dos últimas son educadoras en temas de sanidad y los tres primeros son músicos de Padua. Juntos empezaron en octubre de 2008 este camino de educación a través de la música. Luego se les agregaron otros cinco músicos.
Todo comenzó cuando Giulia y Elena conocieron la labor de la ONG Care&Share. De hecho, hubieran querido hacer sus prácticas en la aldea Daddy’s Home, en la que la asociación acoge a unos 650 niños de la calle, huérfanos o abandonados. Al final no les fue posible, pero el contacto ya se había establecido, y las dos jóvenes asumieron el deseo expresado por Carol Faison, cofundadora de Care&Share junto a su marido Noel Harper, de ofrecer a los niños una válvula de escape y de expresión a través de la música. Elena y Giulia entonces invitaron a los demás a participar. «En esa época tocaba con Riccardo y Alberto –cuenta Chiara Beltrame– y decidimos aceptar la invitación, aunque teníamos muchísimas dudas: ninguno de nosotros había estado allí y sabíamos de verdad muy poco. Pero os puedo asegurar que por más que nos lo hubiéramos propuesto, nunca habríamos imaginado qué historias había detrás de las personas que íbamos a conocer: niños pobres, que habían sufrido abusos, considerados menos que nada, cuya única posibilidad de rescate es la instrucción».
El primer viaje a la India tuvo lugar en octubre-noviembre de 2008, seguido por una estancia más larga desde diciembre del mismo año hasta marzo de 2009 y un último desplazamiento el mes de agosto siguiente. En estas tres etapas se forjaron las bases de proyectos de aprendizaje de canto, teclado, percusión y música en grupo, además de educación general. El método de aprendizaje indio ayuda «pues los niños indios están acostumbrados en la escuela a aprender todo de memoria –observa Chiara– y tienen una paciencia increíble, que los niños europeos desde luego no tienen, para ensayar muchas veces los mismos temas».
De este modo, ya a lo largo del tercer viaje fue posible alcanzar resultados considerables. Su espectáculo, World of Music, al que asistieron miles de personas, se representó en los teatros más importantes de la zona, una oportunidad que en la India desde luego no suelen tener los niños que han salido de las chabolas.