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LIBROS

Reseñas de Daniel Barcala y Félix Mercado

«LA ESPERANZA ES UN CAMINO» / «¿ESTÁS COMUNICANDO?»
«LA ESPERANZA ES UN CAMINO». José María Recondo. Ed. Narcea. Madrid 2010, 140 páginas. Este libro es obra de un cristiano argentino y universal, de amplio recorrido, que en la tierra ultramarina desarrolló una firme convicción en la esperanza a través de una experiencia realizada con otros de común compromiso con esta virtud teologal. Esa experiencia es la que aquí nos comunica con intención práctica y pedagógica. El libro se presenta con una estructura sistemática común en los tratados temáticos y es una obra de esa clase de gran calidad. Pero más allá de esta presentación e intención, se mueve en la mentalidad propia de la literatura sapiencial, en la que lo esencial es ir a la aplicación vital del conocimiento. En esa línea, este tratado evita quedarse en la erudición sobre qué sea la esperanza y se entrega a una pedagogía de la misma que nos pone en el camino de su vivencia, del ingreso personal en su mundo y coordenadas. Debemos a Benedicto XVI unas encíclicas que con gran rigor teológico se han comprometido en hacer claras las virtudes teologales. Así tenemos «Spes Salvi», donde la esperanza es la gran protagonista. Recondo sigue ese magisterio y explicita muchas cuestiones citadas en la encíclica. Sería un ejercicio formativo interesante hacer una lectura simultánea de ambas. La primera tarea del autor es desmontar espejismos y conjurar desorientaciones religioso-culturales que llevan a vivir desesperanzadamente. Así aprendemos que la esperanza no es ni optimismo, ni consecución de éxito, ni autorrealización personal. Visto que tras esos errores no hay nada, Recondo pasa a establecer los rasgos distintivos de la esperanza real y verdadera: alegre, vigilante, repleta de perspectiva y sabia, abierta a otra vida, solidaria, variable con la edad en su ser, susceptible de ser cultivada, vinculada a la experiencia, nunca una conquista, nunca resultado del voluntarismo, don que se pide y se recibe. Es posible una pedagogía de la esperanza que enseñe a orientarse hacia ella y vivirla por el posicionamiento comprometido en una serie de actitudes “capitales”: ser como niños, vivir como peregrinos, ser pacientes con nosotros mismos, ser pacientes y tolerantes con los demás, ser pacientes con el mundo, ser pacientes con la Iglesia. Léase, será una buena acción. Daniel Barcala «¿ESTÁS COMUNICANDO?» Mónica Pérez de las Heras. Ed. LID. Madrid 2010, 320 páginas. La autora de este libro es una mujer polifacética con una larga trayectoria periodística y docente, que además ha desempeñado el cargo de directora de comunicación en varias entidades y congresos nacionales e internacionales y le gusta destacar en su currículum el haber visitado sesenta y cinco países. Ha publicado varios libros de carácter más bien técnico, colabora en varios medios sobre temas de medio ambiente y sobre todo es conocida como experta en Programación Neurolingüística. Precisamente de comunicación trata el libro, en el que aborda dos disciplinas cada vez más en auge: la Inteligencia Emocional y la Programación Neurolingüística. Y si bien es cierto que se presenta bajo la óptica de «112 claves para mejorar tu capacidad de comunicación», en realidad resulta un interesante trabajo de divulgación sobre esas dos disciplinas tan poco conocidas por el público en general. ¿Sabe usted por qué cuesta tanto decir que no a esos vendedores que te abordan por teléfono y no te dejan meter baza? Sí, sí lo sabe: están preparados para ello. Bueno, pues en este libro quizás entienda cómo lo hacen. ¿Verdad que alguna vez se ha planteado por qué no le entienden, cuando lo que dice está clarísimo? Pues también aquí entenderá por qué le ocurre eso. El objetivo de la obra, además de introducirnos en esas áreas del conocimiento tan desconocidas, es suministrar a sus lectores algunos instrumentos, una forma de autoayuda, para mejorar nuestra comunicación personal y así evitar algunos, si no todos, los conflictos que surgen de una comunicación deficiente. Cabe decir que la lectura resulta bastante amena y que seguramente le quedarán ganas de volver a leer el libro. La autora se sabe hacer querer –por algo es experta en comunicación– y despliega un gracejo, a ratos sutil, a ratos descarado, capaz de envolver al lector con la manta de la compañía agradable y una discreta simpatía. A lo largo de sus cuatro capítulos («La inteligencia emocional», «La PNL y la comunicación», «Los tres tipos de lenguaje» y «Comunicación en grupo») el lector se va adentrando en una materia poco habitual y hasta es probable que le vengan ganas de saber más. En tal caso habrá mordido el anzuelo..., pero merece la pena. Félix Mercado



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