Autoestima; falta nos hace
Raimondo ScottoPerseverancia, autonomía y confianza en sí mismo para ser un don para el otro. En la pareja, y no sólo.
Los hechos de la crónica diaria que dan por la tele parecen eso, “hechos”, o sea, indiscutibles. Pero si los miras con detenimiento, muchas veces ocultan lados oscuros que delatan la poca estima por uno mismo. Todos hemos pasado por situaciones en que, aun queriendo amar al otro, no fuimos capaces y no supimos qué hacer. ¡Cuántas buenas intenciones y al final terminamos cayendo en los mismos errores! En realidad, según dicen los psicólogos refiriéndose concretamente a la relación hombre-mujer, para conseguir amar de verdad al otro antes se requiere cierta “capacidad de soledad”, de saber estar en pie por sí sólo en cualquier situación, de no apoyarse en el otro, de no hacer que mi vida dependa de su estima y su benevolencia. Hay que ser una persona íntegra, autónoma. Con ello no pretendo negar la natural complementariedad biológica entre el hombre y la mujer, sino subrayar que ambos poseen características peculiares que enriquecen al otro mediante el intercambio de los dones propios de cada uno.
Esto no significa no tener necesidad de los demás, en particular de la pareja. Somos seres relacionales que crecen, viven y maduran mediante las relaciones. Pero muchas veces, sin darnos cuenta, amamos con una segunda intención: para ser amados, para recibir amor. Sin embargo, el amor ha de caracterizarse por la gratuidad, el desinterés, la iniciativa y la capacidad de perdonar y volver a empezar siempre. Cuanto más abunden estas características, más fácil e inmediata será la respuesta del otro. Pero si esa respuesta tarda en llegar, hay que seguir adelante con paciencia y perseverancia, sin que nuestra vida dependa de ella.
La autoestima
