El papa Francisco ha establecido que en esta asamblea sinodal también tengan derecho a voto las consagradas y los consagrados, las laicas y los laicos. ¿Cómo ha asumido esta noticia?

Para mí ha sido una noticia fantástica, en el sentido que era algo inimaginable. Con esta decisión el papa ha demostrado otra vez que quiere sacar adelante, y con hechos, su convicción de que en la Iglesia no hay ciudadanos de segunda clase, aun respetando las diferencias de carismas y ministerios, porque el bautismo nos ha dado a todos Espíritu Santo y todos tenemos derecho y el deber de dar nuestra aportación a la vida y al proceder de la Iglesia.

 

¿Cómo está viviendo la vida consagrada femenina el proceso sinodal?