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La Educación Especial, ¿en peligro?

Ana Moreno Marín

En España hay 37.136 alumnos matriculados en centros de Educación Especial.


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«Es Rafael. Estudió en un colegio de Educación Especial, donde le prepararon para la vida laboral y desde octubre trabaja en el restaurante @habaneracolon. Allí es uno más del personal y disfruta muchísimo con su trabajo. Rafael es otro ejemplo de que la educación especial incluye, no segrega». Este es uno de los múltiples mensajes que se repiten en la cuenta Instagram de la Plataforma Educación Inclusiva SÍ, Especial TAMBIÉN. En ella participan 119 entidades de toda España que agrupan a personas con discapacidad intelectual, sus familias y docentes.

 

Surgió hace un año como contraposición a las manifestaciones de algunos partidos y organizaciones de personas con discapacidad sosteniendo la necesidad de cerrar la Educación Especial para crear un único modelo escolar en el que no haya segregaciones. A ello se unió un informe elaborado por un comité de expertos en derechos humanos de la ONU, en mayo de 2018, que concluyó que España mantenía un sistema excluyente: «Dos modalidades separadas de educación no pueden coexistir en un sistema de educación inclusiva basado en el derecho a la no discriminación y la igualdad de oportunidades», dijo Theresia Degener, presidenta del comité de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad.
 
 

«Un modelo que funciona»

En España hay más de 37.000 alumnos matriculados en 470 centros de educación especial. De ellos el 40% son públicos y el otro 60% concertados, y en ellos trabajan más de 8.200 profesores, según datos del Ministerio de Educación. «Supone el 0’4% de la población escolar y allí acuden solo los chavales que lo necesitan, es su mejor entorno y es una maravilla cómo trabajan. No entendemos que para potenciar la educación inclusiva se quieran cagar la educación especial, creemos que son totalmente compatibles. No compartimos el mito de que la inclusión es meter a todos en el mismo saco», afirma con seguridad Luis Rojo, portavoz y miembro de la Junta Directiva de dicha plataforma.
 
Luis es padre de Lucas, un niño de 4 años con síndrome de Down, con el que están en pleno proceso de escolarización. El dictamen de la Consejería de Educación madrileña coincide con el suyo y ya han elegido el centro de educación especial al que quieren llevarle: «Hemos visto sus métodos de aprendizaje, que son muy avanzados y específicos para chavales con Down. Vemos que trabajan las dificultades de lenguaje y que socialmente es muy conveniente porque Lucas estará con niños con sus mismas capacidades, ritmos de aprendizaje, mantendrá a sus amigos hasta los 21 años, hacen currículos adaptados, les enseñan a manejar dinero, ir en bus, comprar... Para mí eso es más importante a que sepa hacer raíces cuadradas. Y esto en un centro ordinario es muy difícil», añade.
 
 

«No se cerrará ningún centro de Educación Especial»

Es la conclusión de la carta emitida por la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, a los colectivos implicados. Y es que también han surgido muchas dudas con la aprobación del proyecto de Ley Orgánica para la reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), también conocida como «Ley Celaá», que no llegará a prosperar en el Congreso de los Diputados ante la convocatoria de elecciones generales.
 
«Es un bulo sin fundamento». Así de categórico se muestra Juan López, Inspector Central de Educación del ministerio, quien asegura que no hay base jurídica ni técnica para sostener el cierre de estos centros. Y añade que el artículo 74.1 sigue y seguirá vigente. Dicho artículo dispone que la escolarización para alumnos con necesidades educativas especiales        se regirá por los principios de normalización e inclusión «en el acceso y permanencia en el sistema educativo, pudiendo introducirse medidas de flexibilización de las distintas etapas educativas cuando se considere necesario», y que solo cabrá la escolarización en centros de educación especial cuando no sea posible atender a estos alumnos «en el marco de las medidas de atención a la diversidad en los centros ordinarios».
 
Explica también que el informe de expertos de la ONU se refería a todos los elementos «segregadores» de la LOMCE, como «la educación selectiva por sexos», que se revierten en la nueva ley LOMLOE y que en ella se quiere mantener lo que hasta ahora ha funcionado en materia de Educación Especial.
 
 

¿Quién está a favor de un modelo único?

Las tres principales plataformas de personas con discapacidad intelectual en España, es decir, el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), Down España y Plena inclusión se han manifestado a favor de un único sistema educativo común.
 
Para Luis Cayo, presidente de CERMI, «ha llegado el momento» de que se sienten las bases de la educación inclusiva, sin caminos segregadores y paralelos para el alumnado con discapacidad. De hecho, esta entidad fue la que solicitó el informe a los expertos de la ONU y plantea que los recursos que se destinan a los centros de educación especial se transfieran al sistema ordinario para posibilitar a los alumnos con dificultades los apoyos necesarios.  
 
«Se deben contemplar los medios y apoyos necesarios para que el modelo que se implante garantice una inclusión real y de calidad para todos en el sistema educativo», sostiene Santiago López, presidente de Plena inclusión, quien a su vez demanda al gobierno que salga de las próximas elecciones que impulse una estrategia nacional que garantice la extensión de una educación inclusiva de calidad. Además pide que esta cuestión no sea un «arma arrojadiza» en la campaña electoral.
 
La cuestión, sin duda, se ha enrevesado en la actual situación política. ¿Cuál es la postura de los partidos en esta cuestión?, ¿hay una visión común sobre cuál debe ser el camino para integrar a las personas con discapacidad intelectual, tanto en el sistema educativo como en la sociedad? Por el momento parece que no, pero se trata de un deber de todas las fuerzas políticas y de la sociedad. La educación es fundamental para el desarrollo de los individuos y para su integración social. Conviene que todas las voces sean escuchadas y tenidas en cuenta, sobre todo ante un colectivo tan sensible como las personas con discapacidad. En este sentido, la plataforma Educación Inclusiva Sí, Especial TAMBIÉN pide que se valore su postura y que las entidades que les representan defiendan la educación especial. Una vez más, el diálogo es la única vía posible.




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