–La natalidad en España está en mínimos... ¿La gente ya no quiere tener hijos?

–Sí quiere, pero les resulta difícil. La última encuesta del INE dice que las mujeres españolas no tienen los hijos que les gustaría, que sería una media de dos, y alegan dificultades de conciliación laboral, vivienda, de falta de guarderías gratuitas...

 

–Sin embargo, usted ha tenido siete...

–Sí (sonríe), además en una época en la que aún se tenían menos, la tasa estaba en 1,01 hijos.

 

–Y después del primero, trillizos espontáneos. ¡Vaya experiencia!

–Sí, muy compleja. A la larga muy buena, pero difícil. Me cambió la vida completamente. 

 

–Seguir trabajando, imagino que complicado...

–Los primeros años dejé mi trabajo en el Banco Santander y me centré en sacar adelante a unos niños muy pequeños con otro mayor también pequeño, y conforme fueron yendo a guarderías y colegio, volví a trabajar. Mi marido y yo creamos una empresa. Con internet trabajaba también desde casa y gestionaba los recursos humanos.

 

–¡Qué valientes! Aunque para valientes, las madres que deciden continuar su embarazo...

–Totalmente, en un momento en el que sufren muchas presiones. Si no tienen pareja estable, son muy jóvenes o mayores o tienen más hijos, la sociedad no ve con buenos ojos esos embarazos y no las animan a continuar. Las que lo hacen en estas condiciones son heroínas.

 

–¿Ese trabajo es lo más enriquecedor de REDMADRE?

–Pocas cosas, acciones o misiones son tan importantes. Ayudar a nacer a un nuevo ser humano y a esa madre para que tenga a su hijo en las mejores condiciones posibles.

 

–España dedica menos de 8 euros a las mujeres embarazadas, unos 3,6 millones. ¿Cuánto dedica al aborto?

–Entre 35 y 40 millones de euros. La proporción es de 1 a 10, un escándalo. La mujer embarazada con dificultades no es ayudada por las administraciones públicas, se la deja a su suerte; sin embargo, si no quiere seguir adelante, el Estado le paga el aborto.

 

–¿De qué depende que una madre tenga a su bebé?

–De muchas circunstancias, pero fundamentalmente de que encuentre un camino de esperanza. Aunque tenga dificultades económicas o emocionales porque su pareja la ha abandonado o peligre su trabajo, si tiene claro que el hijo que va a tener es un bien, esa esperanza la lleva a continuar. Y eso es lo que hacemos. Lo económico no es lo más importante; las dificultades emocionales y presiones familiares influyen mucho.

 

–La natalidad en España crecería si... 

–Si la sociedad entendiese que tener hijos no solo es un bien personal sino también un bien social. Pedimos un pacto de Apoyo a la Maternidad y que las familias sean una cuestión estratégica nacional.