Primeros de diciembre. Regresando de Salamanca, y mientras no paro de enviar mensajes con mi móvil, al mismo tiempo ordeno las ideas; me sentía embargado por una alegría intensa y serena. Por la mente me pasaban aquellos encuentros de los años 70, en los que se contaban más de cien religiosos. Era lo normal. Pero aquello pasó a la historia. La atracción por la vida religiosa entró en una espiral decreciente. Por pura gracia de Dios hemos permanecido fieles.

Pero las cosas cambian. Ahora es todo un espectáculo entrar en un salón en el que hay 250 jóvenes religiosas y religiosos de toda España. Exactamente 172 religiosas y 78 religiosos de 79 congregaciones distintas. El encuentro, enmarcado en el Año de la Vida Consagrada y con el motivador título «¡Apasiónate!», estaba organizado por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) en colaboración con un grupo de religiosos seguidores de los Focolares. Se llevó a cabo el pasado mes de diciembre en La Casa de la Iglesia de Salamanca, y muchas comunidades salmantinas abrieron sus casas para acoger a aquellos que no tenían comunidad en la ciudad.