En nombre del papa Francisco y con la autoridad que concede la Santa Sede, Bartolomé I, patriarca ecuménico y arzobispo de Constantinopla, es unánimemente proclamado por el senado del Instituto Universitario Sophia doctor en Cultura de la Unidad por su extraordinario compromiso para alcanzar la unidad plena y visible de todos los cristianos, al servicio de la salvación de la familia humana y la custodia de la creación, a la luz de la oración del Señor: “que todos sean uno”». Así rezaba el pergamino que Piero Coda, rector de la institución académica pontificia con sede en Loppiano (Florencia, Italia), le entregó al patriarca a finales de octubre pasado. 

 

Con este acto académico se quiso reconocer la gran aportación del patriarca en el camino ecuménico. El canciller del Instituto Universitario Sophia, Giuseppe Betori, no solo puntualizó que el doctorado tiene un valor propiamente eclesial («esa unidad que reviste e informa los distintos planos del saber y que tiene su origen y su meta en Dios»), sino también que para que el diálogo se traduzca en compromiso ecuménico debe discurrir «dentro de una unidad que de por sí afirma distinción y pluralidad».