Otra opinión
Cuando leí el artículo titulado «Un sí completo a la vida», de Manuel Mª Bru, publicado por Ciudad Nueva en el número de enero, me encantó. Me pareció un artículo muy realista, que recogía situaciones que se dan día a día y que muchos no católicos aprovechan para atacar a la Iglesia o a los creyentes en general.
Muchas veces somos sensibles al hecho del aborto –yo también– y no tenemos la misma actitud respecto a otras situaciones que denuncia el artículo y que desde luego comparto. Por eso me extraña que alguien se sienta ofendido por los párrafos del artículo indicados en la carta «Una puntualización», publicada en la sección de Correspondencia del número de febrero de la revista.
Cuando se denuncia un hecho generalizado, y creo honradamente que este lo es, no implica que todos los católicos actúen de ese modo, pero nos ayuda a tomar conciencia de que no siempre somos consecuentes con lo que creemos. Gracias a Dios, el Espíritu Santo nos ha regalado al Papa Francisco, que nos recuerda cada día la esencia del Evangelio más allá de nuestras propias limitaciones o visiones parciales y que nos aconseja hacer autocrítica de nuestro pensar y obrar. Y a esto, tenemos que reconocerlo humildemente, no estamos muy acostumbrados en los ambientes católicos.