Los resultados presentados en noviembre pasado por el Grupo Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y las conclusiones de la última Conferencia Climática (COP20), celebrada en diciembre, marcan un año decisivo para el control de los gases que influyen en el calentamiento de la Tierra.
Copenhague, noviembre 2014: «La influencia humana sobre el clima es clara y va en aumento, su impacto se observa en todos los continentes. Si no se frena, el cambio climático hará que aumente la probabilidad de impactos graves en las personas y los ecosistemas». Así comienza la nota de prensa emitida por el IPCC tras presentar su último informe.
El informe señala que la emisión de gases de efecto invernadero es la causa del aumento de la temperatura. Para mitigar los efectos y lograr que la temperatura media del planeta no aumente más de 2 ºC, lo cual resultaría catastrófico (aumento del nivel del mar, episodios meteorológicos extremos, acidificación del océano...), el informe propone que para 2050 se reduzcan dichas emisiones entre un 40% y un 70% desde los niveles de 2010 y , y que sean nulas en 2100.