«Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». (Mt 18, 19-20)
«Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». (Mt 18, 19-20)
Ésta es, a mi juicio, una de esas palabras de Jesús que estremecen el corazón. ¡Cuántas necesidades en la vida, cuántos deseos lícitos y buenos que no sabes cómo satisfacer, que no puedes saciar! Estás profundamente convencido de que sólo una intervención de lo alto –una gracia del cielo– podría concederte lo que anhelas con todo tu ser. Y entonces oyes repetir de la boca de Jesús, con espléndida claridad, con una certeza inquebrantable, llena de esperanza y de promesa, esta palabra: