Hay más alegría en dar
Miguel BringasParticipar en una acción de voluntariado hace bien a quienes va dirigida, pero también a quienes la llevan a cabo.
Todo surgió casi por casualidad. Un día tuvimos un intercambio de ideas sobre diferentes actividades posibles para dar respuesta a las inquietudes de los más jóvenes de nuestra comunidad, y optamos por implicarnos todos en la campaña de recogida masiva lanzada por el Banco de Alimentos en toda España a finales de noviembre pasado. Santiago Rico, coordinador del Banco de Alimentos, nos explicó que uno de los veinte centros comerciales de Valladolid que iban a participar en la campaña se había incorporado a última hora y todavía no se le habían asignado voluntarios, así que vimos clara la posibilidad de ser concretos en el amor al hermano colaborando en ese centro. Nos surgió la duda si realmente sería una actividad atractiva para los más jóvenes, pues a veces los adultos y los chicos tenemos ideas diferentes sobre el voluntariado, pero su respuesta fue estupenda, y enseguida vimos que no sólo conseguiríamos cubrir todos los turnos, sino que además los jóvenes invitaron a sus amigos, que estaban encantados de participar, y algunos padres, que pasaban por allí para ver qué hacían sus hijos, se apuntaron sobre la marcha. Ya para la preparación creamos un grupo de whatsApp que luego nos sirvió para narrar en directo las impresiones, pedir refuerzos, subir fotos… Los mensajes reflejan el clima que nos envolvía durante ese fin de semana:
