Navidad para todos
Ana Moreno MarínLa Comunidad de Sant'Egidio concluye su 25 aniversario en España con una cita muy especial. Un acontecimiento que refleja su vocación de agrandar la familia humana.
Se la dieron la otra noche y la guarda como oro en paño. Es la víspera de Navidad y en la calle hace frío, pero lo que de verdad le cala hasta los huesos es la soledad, especialmente ahora. Por eso, de vez en cuando la vuelve a mirar. Es una tarjeta muy bonita que lleva su nombre y en la que aparece el lugar y fecha de la cita. En unas horas estará rodeado de amigos, con la ropa que acaba de lavar, acicalado y dispuesto a olvidar sus penalidades. Mañana celebrará la Navidad con su familia... numerosa. Esta historia es cierta y se repite cada año desde hace 30. Comenzó en Roma (Italia) en 1982 de la mano de la Comunidad de Sant'Egidio. Son las llamadas Comidas de Navidad. La primera se celebró en la Basílica de Santa Maria in Trastevere y cada año aumentan. «Las Navidades pasadas se reunieron más de 150.000 personas pobres en más de 70 países del mundo: desde Roma hasta las cárceles de Mozambique, donde se sirve la comida a los presos, Yakarta, San Salvador, Maputo, Moscú, Nairobi… pasando por Barcelona y Madrid», me explica Raquel Sancho, organizadora de la de Barcelona. Allí celebraron la primera en 1988. Una comida entrañable y muy familiar –asegura Raquel– con un grupito de ancianas que vivían en la calle y que encontraron en la Plaza de Cataluña: Julia, María, Matilde, Dolores y Carmen. «Fue el inicio de una bonita y larga historia de amistad con todas ellas, hasta el final», añade. Veinticinco años después han superado los mil asistentes. Una comida que sólo es posible gracias a la solidaridad de muchos. «Hay quien contribuye con un regalo nuevo para las personas pobres, preparando la comida o haciendo un donativo», explica Raquel.
