Ciruelas
Pepe CascosUna técnica de análisis que permite calcular la cantidad de antioxidantes de los alimentos le da a las ciruelas el primer puesto.
Una técnica de análisis que permite calcular la cantidad de antioxidantes de los alimentos le da a las ciruelas el primer puesto. ¡Todo un record! Los antioxidantes, capaces de neutralizar los radicales libres, son importantes porque constituyen una eficaz defensa contra el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con él. El ciruelo procede de Persia y fue introducido al área del Mediterráneo por los romanos. Se conocen alrededor de mil variedades de esta planta. Las ciruelas tienen una forma redondeada u ovalada y el color de su piel puede ser amarillo, verde, rojo o morado. Si ésta tiene una pátina opaca, es señal de la buena calidad de la fruta, pues se trata de una sustancia cerosa llamada pruina que sirve para proteger el fruto mismo de los ataques de parásitos. Las ciruelas, especialmente las desecadas, tienen la merecida fama de ser laxantes. A tal fin se suele aconsejar cinco o seis ciruelas desecadas, que se tendrán en remojo en una taza de agua durante toda la noche y se consumirán por la mañana con la misma agua. Parece que el efecto laxante se debe al magnesio que contienen. Las ciruelas contienen también vitaminas A, B y C, y varias sales minerales (fósforo, hierro, potasio, etc.), más concentradas en las ciruelas secas. Y tanto frescas como desecadas son ricas en fibra. Sus principios nutritivos difieren según la variedad. La cantidad de azúcar, por ejemplo, alcanza el máximo en la variedad «claudia», así llamada porque fue dedicada a la mujer de Francisco I de Francia. Pero hay que tener presente que esta fruta está contraindicada para quienes tengan problemas de metabolizar los azúcares (diabetes).
