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Sinopsis

La virginidad cristiana mereció una atención especial entre los múltiples quehaceres pastorales del santo obispo de Milán.

Los escritos que aquí presentamos son fruto de su predicación, como la mayor parte de su producción literaria.

Son cuatro tratados: Sobre las vírgenes, La virginidad, La educación de la virgen y Exhortación a la virginidad.
Hay que hacer notar que el título de La educación de la virgen es relativamente moderno, pues en la tradición manuscrita se acostumbraba a denominar De perpetua uirginitate sanctae Mariae ad Eusebium.

Desde los primeros tiempos del cristianismo, las vírgenes cristianas vivían una dedicación a Dios en el seno de su propia familia, aunque ocupaban un lugar distinguido en las celebraciones eucarísticas.
Esta era la situación en la que se encontraban las vírgenes en el Occidente cristiano del siglo iv. No ocurría lo mismo en Oriente, donde el monacato femenino tenía ya un creciente desarrollo y las vírgenes vivían en comunidad.

De todas maneras, en la segunda mitad de este siglo se empieza a notar una gran influencia del monacato oriental en el Occidente latino.

El lector comprobará que Ambrosio muestra un empeño decidido en destacar el carácter sobrenatural de la virginidad, frente a las afirmaciones de quienes no entendían este modo de vivir cristiano.
Las jóvenes cristianas que se decidían a llevar este género de vida tenían que superar los prejuicios del paganismo circundante, tanto por lo que se refiere a las «vestales» romanas, como a los egoísmos del padre de familia, que en aquella época ejercía un poder casi absoluto.

Autor



San Ambrosio es uno de los grandes Padres de la Iglesia de Occidente, junto a San Agustín -en cuya conversión tuvo tanto influencia- y San Jerónimo. Nació hacia el año 339 en Tréveris, donde su padre era prefecto de las Galias. Tras la muerte prematura del padre su familia se trasladó a Roma, donde el joven Ambrosio recibió una educación esmerada llegando a ser jurista y ejerciendo la abogacía. Hacia el 370 fue nombrado gobernador de las provincias de Liguria y Emilia, con residencia en Milán. Pocos días después de su bautismo en diciembre del 374 -a la muerte de Auxencio, obispo arriano de Milán-, Ambrosio fue elegido por el pueblo para ocupar la sede episcopal milanesa, en la que permanecería hasta su muerte ocurrida en diciembre del 397. Al frente de la Iglesia de Milán, Ambrosio se manifestó enseguida niceno, como lo era su propia familia, y se opuso fuertemente al arrianismo. Tenía el genio latino del derecho y del gobierno, junto a la sabiduría práctica del pastor y la espiritualidad del místico. Tuvo gran influencia en los asuntos políticos del Imperio. Sus obras son numerosas: exegéticas, morales, ascéticas, dogmáticas y varias. Fue el gran doctor de la virginidad, verdadero Padre de los pobres y de los perseguidos, con desprendimiento generoso no sólo de sus propios bienes, sino, también, cuando lo consideró necesario, de los tesoros de la Iglesia. En suma, fue un obispo de cuerpo entero, un "hombre de Iglesia".



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Información

Publicado por:  Editorial Ciudad Nueva

Primera edición:  24 de mayo de 2011

ISBN:  978-84-9715-230-3

Páginas:  320

Formato:  13,5x20.5

Peso:  380





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