La correspondencia de san Ambrosio de Milán (340-397) constituye un conjunto de documentos de importancia primordial como testimonio de la vida política y religiosa durante la segunda mitad del siglo iv, pero, debido a las muchas exégesis bíblicas que ofrece al lector, también la enseñanza doctrinal y pastoral que brinda es de primer orden.
La composición de una carta en los tiempos del obispo de Milán huía de las estrechas reglas que se tenían en cuenta al redactar un escrito destinado a la publicación, aunque en la mayoría de los casos el remitente de una carta se sentía inclinado a respetar algunas de las normas epistolares vigentes en la época, como evidencia el epistolario que este volumen presenta.
La correspondencia de Ambrosio revela la influencia y acción del obispo de Milán, que ciertamente eran muy amplias. Así se puede observar que muchas de estas cartas ejercían un papel significativo en el funcionamiento de la Iglesia y de la Corte imperial, por ejemplo.
La correspondencia ambrosiana desempeña su papel didáctico y entraña igualmente un determinado comportamiento de generosidad en aras de un mayor nivel intelectual y cultural. Además, estas cartas se convirtieron en uno de los principales vehículos para mantener la unidad colegial de los obispos de la región frente a la disgregación de la herejía arriana.
Las distintas cartas del obispo milanés que presentamos pueden ayudar a los lectores de una manera indirecta a comprender la sociedad milanesa que le tocó vivir a Ambrosio en el siglo IV.
El presente epistolario del obispo milanés se traduce por primera vez a la lengua castellana.
San Ambrosio es uno de los grandes Padres de la Iglesia de Occidente, junto a San Agust�n -en cuya conversi�n tuvo tanto influencia- y San Jer�nimo. Naci� hacia el a�o 339 en Tr�veris, donde su padre era prefecto de las Galias. Tras la muerte prematura del padre su familia se traslad� a Roma, donde el joven Ambrosio recibi� una educaci�n esmerada llegando a ser jurista y ejerciendo la abogac�a. Hacia el 370 fue nombrado gobernador de las provincias de Liguria y Emilia, con residencia en Mil�n. Pocos d�as despu�s de su bautismo en diciembre del 374 -a la muerte de Auxencio, obispo arriano de Mil�n-, Ambrosio fue elegido por el pueblo para ocupar la sede episcopal milanesa, en la que permanecer�a hasta su muerte ocurrida en diciembre del 397. Al frente de la Iglesia de Mil�n, Ambrosio se manifest� enseguida niceno, como lo era su propia familia, y se opuso fuertemente al arrianismo. Ten�a el genio latino del derecho y del gobierno, junto a la sabidur�a pr�ctica del pastor y la espiritualidad del m�stico. Tuvo gran influencia en los asuntos pol�ticos del Imperio. Sus obras son numerosas: exeg�ticas, morales, asc�ticas, dogm�ticas y varias. Fue el gran doctor de la virginidad, verdadero Padre de los pobres y de los perseguidos, con desprendimiento generoso no s�lo de sus propios bienes, sino, tambi�n, cuando lo consider� necesario, de los tesoros de la Iglesia. En suma, fue un obispo de cuerpo entero, un "hombre de Iglesia".
Publicado por: Editorial Ciudad Nueva
Primera edición: 11 de septiembre de 2024
ISBN: 978-84-9715-589-2
Páginas: 470
Formato: 13.5x20.5
Peso: 540