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Sinopsis

Entre los comentarios más selectos del Crisóstomo (345-407) a los escritos de san Pablo se encuentran estas Homilías a la Carta a los Efesios; ciertamente porque tratan las cosas más importantes y se explican con mayor rigor, a la vez que se hacen aquellas oportunas indicaciones de interés para conseguir una vida más feliz para el ser humano.

 

Los comentarios del Crisóstomo a la Carta a los Efesios del apóstol san Pablo se encuentran repartidos entre veinticuatro homilías de parecida extensión, si hacemos excepción de la Homilía octava, que es un poco más amplia que el resto. En este conjunto homilético el Padre de la Iglesia va desgranando sus observaciones a cada uno de los capítulos que componen el escrito paulino.

 

Las Homilías del Crisóstomo van precedidas de un Argumento en el que el orador antioqueno sitúa a los oyentes en el lugar en que según él se encontraban los destinatarios de la Carta a los Efesios de san Pablo. En efecto, recuerda a su auditorio algunos aspectos característicos e importantes de la ciudad de Éfeso.

 

A modo de resumen se puede decir que, para el orador antioqueno, como para san Pablo, Dios nos eligió para que fuésemos santos, pero «santo» es el que participa de la fe y a la vez es inmaculado porque persigue una vida sin tacha. De esta confluencia nace la amistad que el cristiano debe procurar con Dios, pues Él nos ha dado a conocer lo que tiene en su corazón.

 

Las Homilías de este volumen se publican por primera vez en versión castellana.

Autor

Ordenado sacerdote en febrero del año 386, al comienzo de la Cuaresma, comenzó enseguida su actividad de predicador revelando una clara y profunda concepción del bautismo, debida por una parte, a su experiencia personal y, por otra, a la tradición que se hallaba presente en la Iglesia de Antioquía. "Boca de oro" fue llamado, precisamente por su carisma especial. Su auditorio en Antioquía y en Constantinopla, a menudo estallaba irresistiblemente en aplausos cuando le oía con su estilo brillante y popular, original, imprevisible y vivo. Pues bien, toda su extraordinaria oratoria, todos sus discursos, apuntaban a algo esencial: llevar a las gentes a la práctica del Evangelio, sin medias tintas. Él, que durante cierto tiempo, se formó con los ermitaños, en los alrededores de Antioquía, quería que se realizase aquella perfección de los monjes -aquella vida angélica, como él la llamaba-, en medio del pueblo, entre gentes de todas las profesiones y estados; en la ciudad, en las familias. Ésta era una de sus ideas dominantes. Por eso Juan Crisóstomo ha sido, con razón, definido como maestro de la vida cristiana para los laicos. Y no fue casual el que Juan XXIII lo proclamara "celestial patrón" del Concilio Vaticano II.

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Información

Publicado por:  Editorial Ciudad Nueva

Primera edición:  01 de diciembre de 2021

ISBN:  978-84-9715-512-0

Páginas:  480

Formato:  13.5x20.5

Peso:  560





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