Se ha dicho que el hombre contemporáneo escucha con más interés a los testigos que a los maestros.

En esta obra, Chiara Lubich, con el aval de su propia experiencia, pone de relieve con eficaz insistencia, con estilo directo y familiar, rico en metáforas, aspectos fundamentales de la vida cristiana.

Son reflexiones dirigidas a los miembros del Movimiento de los Focolares (en los años 1981-1984), que rebasan ampliamente el ámbito del mismo y acercan con naturalidad el rostro íntimo de Dios al hombre de hoy, haciéndole presente y vivo en los demás hombres y en las múltiples facetas de la vida.

El pensamiento de la Autora se enmarca en el cuadro general del "Santo Viaje" de la vida, como actuación de la vocación cristiana en su camino hacia Dios.