Gregorio Nacianceno
El nombre de Gregorio Nacianceno (330-390) suele asociarse al del otro Gregorio, el de Nisa, y a Basilio Magno, formando así la célebre tríada de los "grandes capadocios".
Menos especulativo que su homónimo, y poco dispuesto a la acción, a diferencia de su amigo Basilio, Gregorio de Nacianzo destacó, sin embargo, sobre ambos y en toda la antigüedad cristiana por su elocuencia, hasta el punto de merecer el apelativo de "Demóstenes cristiano". Fue asimismo un literato muy refinado, y tratando de compaginar la cultura literaria con la vida ascética y solitaria a la que se sentía llamado, y a la que retornaba, en cuanto sus obligaciones ministeriales se lo permitían.
Escritor sumamente dotado, no compuso auténticos tratados dogmáticos o comentarios bíblicos, si bien ambos géneros figuran en su amplia producción, que abarca discursos, poemas y muchas cartas.
Otras obras del autor
Sinopsis
Los discursos de Gregorio Nacianceno (h. 330-390) que contiene este volumen, fueron pronunciados durante los últimos meses de su estancia en la ciudad de Constantino. Por el contenido de estos discursos conocemos cómo los criterios exegéticos del teólogo de Capadocia gozan de un gran equilibrio: no acepta sin más la interpretación literal del texto, conforme a los criterios de los maestros de la tradición antioquena, pero igualmente se sitúa lejos del alegorismo extremo de los alejandrinos.
Este volumen culmina la traducción castellana de los 45 Discursos atribuidos por la crítica a este Padre de la Iglesia de Oriente.