Celibato y virginidad/3
Sigamos profundizando en el significado de la donación a Dios según el Nuevo Testamento y analizando las distintas tipologías de eunucos enunciadas por Mateo.
En el capítulo anterior analizamos el texto de Mateo sobre el celibato. Nos planteamos una “pregunta provocativa” sobre las fuentes que había utilizado y veíamos el posible “origen de la frase” puesta en boca de Jesús. Seguimos ahondando en ese texto.
c) Los tres tipos de eunucos del versículo 12. Eunuco viene del griego euné echo, que significa: tengo cama, estoy junto a la cama, etc., e indica al hombre privado de sus órganos reproductores, ya sea por motivos sagrados o por motivos profanos. Los eunucos eran los guardianes de los harenes, pero en el mundo oriental adquirieron una función de superintendentes o consejeros con funciones de gobierno, y la palabra misma llegó a perder su significado original. En la historia de José se habla de Putifar, un eunuco de la corte egipcia que estaba casado (cf. Gn 39).
Los eunucos en Israel se llamaban sarim, que deriva del acadio sa-resi: el que está a la cabeza. El Deuteronomio prohibía la castración y no admitía a los eunucos como miembros del pueblo de Israel: (Dt, 23, 2). Pirot-Clamer comenta: . No era considerado un hombre en sentido pleno, y por lo tanto no podía participar en la asamblea de los hombres por excelencia: ¡el pueblo de Yahveh! Estas prescripciones tan rígidas, que de alguna forma también afectan a los animales (cf. Lv 22, 24), serán superadas por el profeta Isaías, el cual anuncia que en el reino futuro los extranjeros y los eunucos gozarán de plena ciudadanía en la casa del Padre: «No diga el eunuco: “Soy un árbol seco”. Pues así dice Yahveh: “Respecto a los eunucos que guardan mis sábados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, yo he de darles en mi casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les daré que no será borrado”» (Is 56, 3-5).
Los reyes judíos solían tener eunucos. En tiempos de Jesús, según el testimonio de Flavio Josefo, en la corte de Herodes el Grande había un eunuco encargado de la educación de los hijos del rey. Pero la sensibilidad popular y los escritores antiguos hablan con desprecio a los eunucos, exceptuando a los dignatarios de la corte: gordos, fofos, marchitos, con rasgos femeninos y crueles. Tampoco en los textos rabínicos faltan descripciones análogas.