Continuamos con la publicación de un conjunto de cartas, en su mayoría inéditas, escritas por Chiara Lubich entre los años 1943 y 1949, cuando empezaba a perfilarse ese nuevo estilo de vida cristiana que configuraría su espiritualidad: el Ideal de la unidad.
Esta carta de Chiara Lubich, fechada en junio de 1944, está dirigida en singular a las jóvenes de la Tercera Orden de San Francisco (terciarias franciscanas).
Un mes antes, durante una de los episodios de la Segunda Guerra Mundial, la casa de Chiara había sido destruida como consecuencia de un terrible bombardeo de la ciudad de Trento y su familia se había refugiado en las montañas. Chiara queda sola en la ciudad y en su corazón arde cada vez más una llama, Dios.
En esta carta, Chiara declina una sola palabra, Amor, en infinitos tonos.