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Navidad, hora cero

Maximiliano Domínguez

En la aldea de Belén Diario de viaje por los lugares donde tuvo lugar la primera Navidad.
El preámbulo del Evangelio de Juan dice que «la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros», pero nada agrega sobre la infancia de Jesús ni el lugar en que nació. Luego, en el capítulo 7, versículos 40 y 41, recoge una discusión sobre la persona de Jesús. Unos decían: «Éste es ciertamente el Profeta»; otros: «Éste es el Cristo»; y otros replicaban: «¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá del linaje de David y de la aldea de Belén, de donde era David?». ¿Debemos poner en duda que Jesús nació en Belén? El hecho ha sido aceptado unánimemente durante 1.900 años, pero en el pasado siglo algunas investigaciones señalaron que, puesto que a Jesús lo llaman “el nazareno”, ello supone que era de Nazaret, y que las alusiones a Belén que hacen Mateo y Lucas obedecen a su intención de revestir a Jesús con una de las características atribuidas por los profetas al Mesías: ser descendiente de David y haber nacido en Belén. Ahora bien, el apelativo de “el nazareno” también se explica porque Jesús se crió en Nazaret. Por lo demás, Mateo (2, 1ss) y Lucas (2q, 4ss) cuentan con detalle que Jesús nació en Belén, por qué fue allí, en qué precarias condiciones tuvo lugar el nacimiento y que fue adorado por los pastores y los magos. También lo cuentan los Evangelios apócrifos (Protoevangelio de Santiago, Evangelio árabe de la infancia de Jesús y Pseudo Mateo), los cuales, aunque no se consideran inspirados, tienen valor histórico. A todo ello se suma una tradición que se remonta al origen mismo del cristianismo: los cristianos siempre han venerado la gruta de Belén. Por otro lado, hay testimonios, como el de san Justino, nacido en Palestina hacia el año 100, que en el año 160 habla del nacimiento de Jesús en una cueva cerca de Belén (Diálogo, 78), o el de Orígenes, que hacia el año 248 mantiene lo mismo (Contra Celso, 1, 51). Mi esposa Cecilia y yo tuvimos la dicha de peregrinar a los santos lugares y visitar Belén, la Basílica de la Natividad y el Campo de los Pastores. Fue una alegría que queremos compartir con los lectores de Ciudad Nueva.

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