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Los jóvenes opinan - ¿Animales políticos, o sólo animales?

Ana Moreno Marín


La polémica y la crispación están servidas en la política española desde hace tiempo; las fisuras crecen, las partes se vuelven inconciliables ¡y hasta hacen vídeos burlándose unos de otros! Aunque no es nuevo, en esta misma legislatura ya se habían cruzado PSOE y PP varias puñaladas traperas audiovisuales. Últimamente nos deleitan con un vídeo que simula un concurso entre un militante del PSOE y otro del PP donde el segundo hace el ridículo. Vídeo contestado por el PP pero con los papeles cambiados, que concluye diciendo: «Del uso de los tópicos y los estereotipos absurdos… No». Se diría que predicar con el ejemplo no se lleva en nuestro tiempo. Lo alarmante es que lo realicen las juventudes, ese divino tesoro y futuro recambio político. «Todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia» decía el político estadounidense Alfred Emanuel Smith. Sin embargo, preguntando a varios jóvenes, contestaban que estamos siempre con lo mismo: meterse con el otro, en vez de proponer ideas, proyectos, nuevas ilusiones. «Necesitamos políticos que cambien el modo de hacer política», me dice S. R. «Los grandes partidos están entrando en un tira y afloja continuo y pierden su credibilidad, sobre todo de cara a los jóvenes», comenta L. R. «Promueven igualdad y están clasificando a las personas por su opción política», añade R. G. Pero la cuestión la señala B. V. cuando dice que degradar al otro partido es una falta de deportividad y, desde luego, no es política. Decía Tierno Galván: «Ésta ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas». A ello hay que sumar, según el presidente en España del Movimiento Político por la Unidad, José Miguel Aguado, el riesgo que corren las buenas relaciones creadas entre personas de partidos distintos al verse enturbiadas por estas conductas consentidas desde las cúpulas. Cabe preguntarse si el hombre actual es un animal político que, cuando “se hace político” se queda en animal a secas. La tarea no deja de ser un arte, y ya sabemos que buenos artistas..., pocos. No obstante, hay una necesidad básica que J. M. Aguado subraya: «Antes que nada, un mayor respeto por la opción del otro, sólo así se puede llegar al aprecio. Si hubiera un poco más de buena voluntad en los líderes nacionales y autonómicos, una actitud más positiva y constructiva, entonces estaríamos en el buen camino». De hecho, todos los encuestados coinciden en la necesidad de un cambio de intención: «que sean, más que rivales, complementarios; que donde no llegue uno, llegue el otro, porque lo que hacen repercute en nosotros», dice N. L.

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