Por un lado, el cristiano debe mirar hacia delante, como dice Jesús: «Nadie pone la mano en el arado y mira hacia atrás...», y también san Pablo: «No hago más que olvidarme del pasado y seguir hacia delante...»; y muchos autores espirituales aconsejan olvidar y no pensar en el pasado. Por otro lado, muchos santos y muchos escritos espirituales aconsejan conocerse y meditar sobre las miserias de uno. ¿Qué hacer: olvidar, o recordar?
M.B.G.
Para contestar a esta pregunta, es probable que Jesús hubiese contado la parábola del hijo pródigo1. En esta parábola podemos ver cómo entiende Jesús el pensamiento de quien vuelve a Dios, y el de Dios cuando lo acoge.