El sentido de un encuentro, la herencia recibida, la relación con sus respectivos fundadores, los riesgos actuales para los movimientos Comunión y Liberación y Focolares. Entrevista a María Emmaus Voce y a Julián Carrón.
La esperaba en el ascensor y en cuanto llegó, Mons. Julián Carrón acogió con simpatía y entusiasmo a María Voce en el Instituto Sagrado Corazón de Milán, en cuya iglesia se instaló la cámara ardiente de Luigi Giussani, fallecido el 22 de febrero de 2005. Invitado a Milán por su fundador en septiembre del 2004, este sacerdote español de 60 años fue nombrado presidente de la diaconía central de la Fraternidad de Comunión y Liberación el 10 de marzo de 2005, y el 8 de marzo de 2008 fue confirmado por otros seis años.
María Voce y Mons. Carrón no se veían desde octubre de 2008, cuando fueron invitados por Benedicto XVI a participar en el Sínodo de Obispos sobre la Palabra. La presidenta de los Focolares se encontraba en Milán para la celebración del segundo aniversario de la muerte de Chiara Lubich, y quiso encontrarse con el líder de Comunión y Liberación. Al final de la cita respondieron juntos a estas preguntas.
–Siempre es importante un encuentro entre presidentes de movimientos. ¿Cuál es el valor de este encuentro?