«Habéis sido llamados a la libertad»
En torno al año 50 el apóstol Pablo había visitado la región de Galacia, en el centro de Asia Menor, la actual Turquía. Habían surgido comunidades cristianas que habían abrazado la fe con gran entusiasmo. Para ellos, Pablo representaba a Jesús crucificado, y habían recibido el bautismo que los revestía de Cristo, comunicándoles la libertad de los hijos de Dios. «Corrían bien» en el nuevo camino, como reconoce el mismo Pablo.
Luego, de repente, buscan su libertad en otro lado, y Pablo se sorprende de que le den la espalda a Cristo tan pronto. De ahí la invitación apremiante a recuperar la libertad que Cristo les había dado.