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Pensamiento de la unidad/7: EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

Pascual Foresi

¿Qué ofrece el modelo de la dinámica de vida trinitaria al estudio del proceso cognoscitivo?
El problema del conocimiento presenta dos aspectos estrechamente vinculados, pero que se pueden considerar por separado. El primer aspecto atañe al mecanismo del proceso cognoscitivo. ¿mediante qué dinámica conocemos el mundo exterior tal y como se nos presenta? ¿cómo podemos llegar a formular juicios que se correspondan con la realidad? El otro aspecto está relacionado con el valor del conocimiento: ¿conozco objetivamente la realidad tal y como se me presenta? Repasemos brevemente tres escuelas filosóficas que a lo largo de la historia del pensamiento han puesto de relieve de forma emblemática las distintas soluciones al problema del conocimiento. La escuela empirista inglesa, uno de cuyos principales representantes es Hume, afirma que cuando el objeto externo se presenta al sujeto que conoce, dicho objeto provoca en él alteraciones de tipo físico –las llamadas impresiones o ideas, según su mayor o menor intensidad– que conforman el dato cognoscitivo. Son reacciones de carácter fisiológico interno, o psicológico, que se corresponden con fenómenos externos, mediante las cuales se alcanza el conocimiento. A esta escuela se le ha hecho una objeción de fondo. Si la idea se diferencia de la impresión sólo por el grado de intensidad, la consecuencia necesaria es que toda idea no es más que una “imagen”, y como tal, es individual y particular. En tal caso, ¿qué valor universal puede tener? Según los empiristas, tiene el valor que deriva de la asociación de todas las impresiones recibidas hasta ese momento, pero no supera el de las impresiones individuales. La idea de hombre, por ejemplo, es la que resulta de la suma de todos los hombres que uno conoce. Por lo tanto, de por sí no es un concepto trascendental, universal. Retomando la problemática que había suscitado el empirismo en este campo, Kant lleva a cabo lo que él define como «revolución copernicana». Ésta consiste en desplazar el centro de la investigación de los objetos a la razón humana y descubrir que la razón encuentra en la naturaleza lo que la razón misma pone. Kant considera que no es el sujeto el que al conocer descubre las leyes del objeto, sino viceversa: el objeto al ser conocido “se adapta” a las leyes del sujeto que lo conoce. Es la llamada «síntesis a priori». Kant afirma que sólo conocemos de las cosas lo que nosotros mismos ponemos en ellas.

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