Mucho se ha escrito sobre la Cumbre de la OTAN1 en Madrid (28-29 junio 2022) y su documento final Concepto estratégico de Madrid, que comienza: «Los jefes de Estado y de Gobierno de los aliados de la OTAN nos hemos reunido en Madrid en un momento crítico para nuestra seguridad y para la paz y la estabilidad internacional». Pasan las semanas, pero hay cosas que no podemos olvidar, porque el mapa del mundo que queda dibujado ha cambiado. No es el que nos gustaría, pero es el mundo donde debemos trabajar y tratar de mejorar. Un breve análisis.

¿Cuánto hay de política y cuánto de defensa en el Concepto estratégico de Madrid? Están contenidas las dos, porque la defensa es una política. No existe la política en abstracto. Con la agresión armada de Putin a Ucrania la guerra ha vuelto a Europa con toda su tragedia. Rusia, queriendo anexionarse Ucrania, a la que había concedido la independencia después de la caída del muro (1989), y con la que firmó un compromiso de no injerencia y de reconocimiento de las fronteras en 1994, ha destrozado el derecho internacional y la confianza. El problema ahora está en que la Política, con P mayúcula, tiene que convencer a la opinión pública de que la defensa, concepto con corolarios incómodos e impopulares, es componente de la política y forma parte de la realidad. Lo dice la toma de conciencia de los ciudadanos de Finlandia y Suecia eligiendo el paraguas defensivo de la OTAN ante riesgos reales.

La OTAN sale fortalecida y también el vínculo atlántico con EEUU, considerado el sistema militar defensivo de referencia. A los nuevos miembros les da seguridad en relación a Rusia; Europa ha tomado la misma decisión. La cuestión crucial está en cómo articular ahora una posición europea en el marco OTAN, cómo mantener voz propia en la definición de objetivos defensivos y estratégicos que debería conllevar construir una Europa de la defensa y una industria militar europea propia. Los objetivos europeos no deben quedar marginados, es una cuestión importante. Dos aspectos diferentes del problema pero no incompatibles.

Nadie en el ámbito de la política internacional europea puede anticipar cual será el final de la guerra. Aspiro a un acuerdo que reformará o reformulará las relaciones entre Europa y Rusia, que sin duda implicará cesiones o concesiones y que definirá el status quo de los países frontera con Rusia.