Cumplimos este mes de marzo un año de la declaración del primer estado de alarma por la pandemia universal que estamos sufriendo. Los pensadores y especialistas se diversifican en diagnósticos y recomendaciones para todos los gustos, a cual más arriesgado e incierto, pues no hay disciplina científica que pueda asegurar un pronóstico optimizador.
Este escenario nos invita a preguntarnos sobre los efectos actuales y futuros que experimentamos en nuestra sociedad, y sobre cómo actuar en consecuencia. Propongo algunas reflexiones.
Leer más