Kyomuhendo Rosaria, Uganda
«El bloqueo total ha sido muy perjudicial para la economía. Mucha gente ha perdido su trabajo, otros han tenido que trasladar el negocio a su propia casa y algunos, tras cerrarlo, han tenido que mudarse a pueblos periféricos. En mi comunidad acogimos a cuatro personas, pasando de ser cinco a nueve, y algunos de nosotros también perdimos el trabajo, pero fue conmovedora la cercanía de otras comunidades: nos llamaban para saber cómo nos iba, enviaron dinero y alimentos y compartieron lo poco que tenían.
»Cuando se cerró todo, en Uganda llegó a prohibirse que la gente llevase comida a sus vecinos por miedo a la propagación del virus. Por eso, la comunidad local de Buwate (Kampala) no sabía cómo llegar a aquellos a los que solían prestar su ayuda. Pero he aquí un ejemplo de cómo el amor al prójimo impulsa a desarrollar la imaginación: compraron cosas y las dejaron en las tiendas con el nombre de la persona destinataria, a la que luego enviaban un mensaje para que fuera a buscarlas.
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