logoIntroduzca su email y recibirá un mensaje de recuperación de su contraseña






                    




articulo

Contra los nuevos enemigos

Alberto Ferrucci

La cooperación científica europea se prepara para defendernos de unos virus que pueden ser letales.
Entre los años 1918 y 1920 una gripe que ha pasado a la historia como “fiebre española” llegó a matar por sí sola a cincuenta millones de personas en todo el mundo; o sea, más víctimas que en la primera guerra mundial. Si hoy el virus ébola, que reaparece intermitentemente en zonas aisladas del Congo y se lleva por delante a todo el que se cruce en su camino, tuviera posibilidades de propagarse en áreas muy pobladas, el efecto sería muy similar, cuando no más desastroso. Lamentablemente, una de las consecuencias del calentamiento global es que las regiones templadas se están volviendo más cálidas y húmedas. Ahora son más aptas para ciertos insectos tropicales que pueden transmitir virus que hasta ahora estaban confinados en regiones aisladas. Por eso los organismos sanitarios internacionales temen que este hecho se produzca cada vez más a menudo, lo cual ya está ocurriendo. Un ejemplo es el mosquito tigre, un mosquito que también pica de día y que el año pasado desató en Italia una epidemia de chikungunya, una enfermedad viral tropical que produce fiebre alta, vómitos y fuertes dolores en las articulaciones. Otro ejemplo es la difusión del dengue y la fiebre amarilla, causada entre otros por el aedes aegypti, un mosquito originario de Etiopía extendido por el Mediterráneo, que llegó a las regiones tropicales de Brasil en tiempos de la trata de esclavos. Últimamente está causando epidemias incluso en el estado de Sao Paulo, al sur del país. El mundo moderno no está preparado. En 1998, tres casos de encefalopatía causados por el virus West Nile en la zona de Nueva York no fueron identificados a tiempo porque, aunque el virus ya había sido aislado en Uganda en 1937, la prueba para detectarlo no estaba prevista en los protocolos del Center for Disease Control de Atlanta, uno de los mejores laboratorios del mundo. En estos últimos años todos hemos sido ampliamente informados sobre la gripe aviar, causada por el virus SARS, y que es letal para el hombre. Este virus, gracias a Dios, no tiene capacidad para transmitirse entre seres humanos, pero el miedo a una pandemia causada por una mutación de este virus puso en estado de alerta a toda China y a medio mundo. Desde el momento en que fue identificado, ha habido que esperar quince años para producir fármacos que se espera puedan combatirlo, pues el hipotético virus al que habría que combatir aún no existe. Estos temores, que inducen a los estados a acumular partidas de medicamentos de dudosa utilidad, están muy bien vistos en las empresas que producen fármacos, pero sería peligroso no tenerlos en cuenta, como si sólo fuera un mecanismo de enriquecimiento de los laboratorios farmacéuticos.

Leer más



Política protección de datos
Aviso legal
Mapa de la Web
Política de cookies
@2016 Editorial Ciudad Nueva. Todos los derechos reservados
CONTACTO

DÓNDE ESTAMOS

facebook twitter instagram youtube
OTRAS REVISTAS
Ciutat Nuova