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articulo

Vulnerabilidad política

Josep Bofill

En tiempos de polarización política Daniel Innerarity nos ayuda a elevar la vista y buscar nuevos  horizontes, nuevos conceptos, nuevas palabras. Sus propuestas contagian esperanza.


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–Según Trump, el futuro no es la globalización sino el patriotismo, y Bolsonaro dice que Amazonia no es el pulmón del mundo... Parece que no entendemos la complejidad de la sociedad.
–Esos casos ponen de manifiesto que se está abriendo paso un nuevo eje de confrontación, diferente al de izquierda/derecha, que opone lo abierto a lo cerrado (ambos tienen versiones de derecha e izquierda). Es un problema de enorme gravedad: los clásicos instrumentos de protección (de la identidad o de las personas vulnerables) apenas son útiles en sociedades interdependientes, y quienes propugnan volver a ellos lo hacen en términos regresivos y contraproducentes. El Reino Unido no recuperará ningún control tras el Brexit, ni los trabajadores estarán mejor protegidos con las guerras comerciales. Hemos de encontrar instrumentos para esa protección a la que la gente tiene derecho. La paradoja es que hay más vulnerabilidad en replegarse que en abrirse y cooperar. Eso no es intuitivo, hay que darle forma para que la gente lo entienda. Mi tesis es que la democracia se mejora haciéndola más compleja, es decir, cuando intervienen más valores, factores y niveles en los procesos políticos. El gran enemigo de la democracia es la simplificación, que puede adoptar formas muy diversas e incluso contrapuestas. Hay simpleza populista pero también hay simpleza tecnocrática.
 
–Cuatro elecciones en cuatro años, el hartazgo se generaliza. ¿Todo es culpa de la clase política?
–Los análisis políticos en términos de culpabilidad son menos explicativos que los que se preguntan por las posibles disfuncionalidades de nuestros sistemas políticos. En el caso que me plantea, creo que el problema (más allá de que haya demasiadas elecciones) procede de que la lógica de las campañas ha invadido todo el proceso político, de manera que no pensamos ni debatimos sobre los dos momentos que siguen a las elecciones: la formación de gobierno y la acción de gobernar. Si todo el peso se pone en la campaña, si los asesores electorales son los mismos que asesoran a los gobiernos, si cuando se gobierna también se hace como si se estuviera en campaña y los medios nos informan solamente de la dimensión competitiva, entonces la lógica de la campaña (contraposición y combate) impide entrar en la lógica de gobierno, que tiene un fuerte componente cooperativo. 
 
–¿Cómo pasar de ese exceso de competitividad a la dimensión negociadora?
–Varias causas explican la debilidad negociadora, pero yo las sintetizaría en dos que me parecen más relevantes. Por un lado, al debilitarse la función de los partidos, han aparecido a su alrededor (o en su seno) movimientos sociales que fiscalizan su actividad y están interesados en proteger un supuesto núcleo ideológico intocable frente a la tentación de llegar a una transacción o compromiso con el adversario. Son los tea parties que acompañan a los agentes políticos y no vigilan al adversario sino a sus semejantes para que no traicionen unos valores creen innegociables. La otra dificultad procede de la espectacularización de la política, su retransmisión live, continua, en tiempo real. Sin un ámbito de discreción no pueden llevarse a cabo los acuerdos necesarios. Por supuesto, al final será la ciudadanía quien evalúe los acuerdos, pero si nos instalamos en la transparencia total no estaremos haciendo otra cosa que permitir el bloqueo de los tea parties.
 
–Sobre el conflicto catalán. Reconociendo que va para largo la solución al reto de una sociedad que usted define como territorialmente compuesta y que no pasa por la victoria de unos y la derrota de otros ¿Cómo preparar el terreno?
–Hay al menos tres planos previos de actuación: el conceptual, el emocional y el de liderazgos. Tenemos que volver a pensar ciertos conceptos (democracia, soberanía, identidad...) que en su formulación vigente no posibilitan soluciones. Este trabajo se ha hecho en buena medida, y yo mismo organicé un encuentro de profesores universitarios en el Instituto Europeo de Florencia, con unos avances significativos. Para avanzar más no hace falta que cambie la situación política, si sabemos proteger ese debate de las incidencias del día a día, por muy intensas que sean. Un segundo plano tiene que ver con la gestión de las emociones, especialmente la confianza, que no va a ser fácil en el futuro inmediato, pero donde se puede actuar y sembrar. Y otra cuestión especialmente difícil se refiere a la configuración de nuevos liderazgos, pues veo complicado que los mismos actores que propiciaron el problema estén capacitados para abordar una solución.
 
–A la hora de hablar de diálogo parece que para muchos nunca se dan las condiciones...
–Cuando en una sociedad se juntan quienes piensan que es demasiado pronto para el diálogo con los que creen que es demasiado tarde, la cosa termina evolucionando catastróficamente. En la vida nunca se dan las condiciones apropiadas para nada, especialmente en la política, un terreno tan volátil. La política es el arte de hacer lo que se pueda con lo que se tiene; siempre puede hacerse algo, aunque solo sea procurar que se den unas mejores condiciones. En este momento, desescalar la tensión sería ya un gran avance. Yo no sé cuál será la solución, pero si sé que esto no se resolverá con una victoria final, con la imposición o la subordinación. Quien no se haya enterado de esto está incapacitado para contribuir a la solución. 
 
 


Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) es uno de los intelectuales españoles más reconocidos a nivel internacional. Filósofo, ensayista y catedrático de filosofía política de la Universidad del País Vasco y del Instituto Universitario Europeo de Florencia, director del Instituto de Gobernanza Democrática. Últimos libros: Comprender la democracia, Política para perplejos, La democracia en Europa, La política en tiempos de indignación. En 2004 Le Nouvel Observateur lo incluyó entre los 25 grandes pensadores del mundo.



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