Tres imágenes, simplificando, me ayudan a mirar España después de vivir 43 años fuera: la de una familia numerosa, cuyos hijos y familias han arraigado en diferentes lugares manteniendo el vínculo que les une; la de un árbol con amplias ramas que acogen sus pájaros y cuyo tronco las alimenta unidas; la de una tierra sembrada de perlas, que la llenan de misterio y la enriquecen.