logoIntroduzca su email y recibirá un mensaje de recuperación de su contraseña






                    




articulo

Pedro Arrupe, hacia la beatificación

Javier Rubio

El día 5 de febrero, con una solemne ceremonia en la basílica de Letrán de Roma, se da inicio al proceso de beatificación del jesuita Pedro Arrupe.


Los jesuitas están de fiesta. A mediados de noviembre su oficina de prensa anunciaba con una sencilla nota que se habían abierto las puertas para iniciar la causa de beatificación de Pedro Arrupe: «El Padre General de los jesuitas, Arturo Sosa SJ, ha confirmado a la Compañía de Jesús hoy, cuando se cumplen 111 años de su nacimiento, el inicio del proceso de beatificación de Pedro Arrupe».
No hay que preguntarles a los bilbaínos, o al menos no a todos, quién es Pedro Arrupe. De hecho en una céntrica calle de su ciudad está situada una institución que lleva el nombre de este jesuita que estuvo al frene de la Compañía desde 1965 a 1983. También hay un puente, o mejor pasarela peatonal, sobre la ría del Nervión en homenaje a él. Por ella cruzan todos los días los jóvenes que estudian en la universidad de Deusto. Y es que Arrupe nació en Bilbao, en 1907. Los estudios de Medicina sin embargo los cursó en Madrid, donde pudo conocer de cerca la miseria que se vivía en los barrios pobres.
 
Quién sabe si no fue ese contexto, además de su formación religiosa, lo que le llevó a plantearse serias cuestiones sobre la salud física y espiritual de las personas. El caso es que en una visita al santuario de Lourdes, en 1927, tomó la decisión de dejar atrás sus proyectos y entrar en la Compañía de Jesús. En 1936 fue ordenado sacerdote y dos años después lo encontramos en Japón, ejerciendo de provincial. Dada su condición de extranjero en tiempos de guerra, llegó a ser acusado de espionaje y encarcelado durante unos meses. También le tocó vivir muy de cerca el estallido de la primera bomba atómica en Hiroshima, en 1945. Veinte años después, en 1965, sería elegido Superior General, el 28º de la serie. Es decir, seis meses antes de que finalizara el Concilio Vaticano II, y Arrupe se puso manos a la obra para impulsar en la Compañía la renovación que el concilio proponía para toda la Iglesia.

Leer más



Política protección de datos
Aviso legal
Mapa de la Web
Política de cookies
@2016 Editorial Ciudad Nueva. Todos los derechos reservados
CONTACTO

DÓNDE ESTAMOS

facebook twitter instagram youtube
OTRAS REVISTAS
Ciutat Nuova