La conversación cotidiana expresa nuestra necesidad de contrastarnos con los demás, verificar nuestro pensamiento, enriquecernos con la experiencia ajena y orientarnos en el mundo con ayuda de los demás. En general, esto lo hacemos mediante rituales cuya función es demostrar agrado por lo que nos une al otro y por nuestra pertenencia al grupo.
En la conversación se pone de relieve que la comunicación no es solo un intercambio de información, sino un cuidar la relación para sentirse a gusto. Ahora bien, la conversación espontánea, además de reflejar una sincronización natural con el otro, también manifiesta dinámicas como la afirmación de sí mismo, de modo que una simple charla puede degenerar en litigio.
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