Hombre de conversación, pero no de discusión, Gaudí era apasionado en sus opiniones y en su arte. Creía que la inteligencia debe estar al servicio de la verdad y que el arte debe ser comprensible: hecho por las personas y para las personas. También estaba convencido de que solo se alcanza un objetivo mediante un gran esfuerzo, constancia y trabajando en equipo. Siete de sus obras –el Park Güell, el Palacio Güell, la Casa Milà (La Pedrera), la Casa Vicens, la fachada de la Natividad y cripta de la Sagrada Familia, la casa Batlló y la cripta de la Colonia Güell– han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La primera de las nuevas catedrales
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