En los artículos anteriores hemos visto cómo afrontar distintas situaciones de nuestros hijos durante la primera infancia: la curiosidad, cómo educar su intimidad para prevenir abusos sexuales y cómo contestar a sus preguntas. Pero ¿y si el niño no pregunta o se muestra indiferente y hasta reacio a tocar temas relacionados con la sexualidad?
Puede parecernos que nuestro hijo de 6 años es todavía demasiado inmaduro para hablarle de “ciertas cosas” y es mejor esperar a que pregunte. Pero todo tiene un limite, también esto; y con los tiempos que corren no nos podemos permitir ese lujo. Si no lo hacemos nosotros, lo harán otros, y seguramente no de la misma forma.
En un artículo anterior comentaba que, si somos nosotros quienes damos las respuestas, podemos imprimir “nuestro propio sello”. En esta etapa se inician las bases del diálogo y es maravilloso poder crear un clima de confianza y confidencia para hablar con ellos de su origen, que no fue otro que el Amor. Un niño debe saber cómo se engendra un hijo antes de acceder a la enseñanza primaria. En este nuevo ambiente comienza a relacionarse con compañeros mayores que hablan con ligereza de temas relacionados con el sexo, y en muchas ocasiones disfrutan viendo la cara de asombro de los “pequeñajos del cole”.
Las causas de que un niño no pregunte a sus padres pueden ser muy variadas: