Igualdad, bien común, derechos y deberes..., conceptos que se desgranan a la hora de hablar de la justicia.
¡No es justo!, truena la voz rota del adolescente. ¡No es justo!, calla la voz demasiado prudente del anciano. Una idea muy peregrina esta de la justicia. ¿Qué es justo? ¿Para quién lo es? En el siglo XIII, Tomás de Aquino recoge en su Summa Theologiae la definición del jurista Ulpiano, un romano del siglo III: «La voluntad constante y perpetua de dar a cada uno lo que es suyo».
El problema está en determinar qué es «lo suyo», establecer el derecho de cada cual. Es evidente que la justicia inevitablemente implica a otro, a otros; lleva implícita una dimensión social.
Justicia social