Personas de todos los ámbitos reaccionan con generosidad y valentía ante la tragedia humana de los refugiados. Una respuesta rápida y solidaria que pone en evidencia a los gobiernos de Europa y a la propia Unión Europea. A pesar de incidentes aislados, predomina el sentimiento de acogida con propuestas concretas.
El panadero que se convirtió en héroe
«Cuando era muy pequeño, me vi obligado a dejar mi país a causa de la gran pobreza e irme a Australia. Quien no haya pasado nunca hambre no puede entender a estas personas. Cuando vi a niños pequeños comiendo tierra, decidí preparar todos los días pan y bollos para ellos. No hay un “nosotros” y un “ellos”, pues todos somos personas».