Fawaz y Batoul son refugiados sirios residentes en Zaragoza. Llegaron a España con sus cuatro hijos hace dos años tras un intento de un francotirador de matar a Fawaz. En otra ocasión lo retuvieron un día entero sin motivo alguno para interrogarle. Vivían a las afueras de Damasco y la guerra les pilló de pleno. Tenían dos casas y dos empresas de fabricación de muebles. Un día un francotirador mató a la profesora de uno de sus hijos en la puerta del colegio. Su segundo hijo llevaba seis meses sin ir a la escuela y decidieron que era suficiente. Al poco tiempo, una bomba destrozó sus casas.
–Fawaz: Llegamos a Líbano en coche en un viaje de veinte horas que se recorre en tres. Mucha gente huía como nosotros. De ahí a Turquía en avión y a Barcelona. A Zaragoza llegamos en un taxi repleto de maletas.
–¿Cómo conseguisteis entrar?