La situación de los cristianos en Oriente Próximo nos interpela a todos, por eso nos preguntamos qué podíamos hacer nosotros. Fueron las circunstancias las que nos llevaron a implicarnos muy de cerca en la acogida de familias iraquíes que habían llegado a Lyon huyendo de la guerra.
En 2014, viendo la persecución que estaban sufriendo los cristianos de Irak, las autoridades francesas les concedieron el estatus de refugiados, siempre que contasen con una familia que los acogiera en Francia.
En noviembre pasado, una mujer iraquí que llevaba seis años viviendo en Lyon empezó acogiendo en su pequeño apartamento a dos de sus hermanos con sus respectivas familias, en total diecisiete personas en un reducido espacio. Pronto la situación se volvió tensa y la mujer compartió sus preocupaciones con amigos de los Focolares. Y fue así como una de estas familias iraquíes fue acogida por otra familia de los Focolares de su mismo barrio.
Aunque el idioma no es un obstáculo insalvable para conocerse, aprender bien el francés es prioritario para ellos, de modo que lo primero que abordamos con la ayuda de la comunidad local fue el tema lingüístico.
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